Una escena cotidiana, me pasó a mí pero quizás le haya pasado a usted también. Viene un día mi hijo menor y me dice: "mamá, a la salida los chicos tienen un juego, te dicen "te juego un mano a mano"", yo le pregunto de qué se trata, y él me contesta: "se agarran a trompadas, y el que gana, gana, a mí no me parece un juego eso, cómo pueden decir que juegan a eso?" me pregunta mi hijo, y yo me aterro pensando en qué poco valoran y se valoran los chicos, y me pregunto, insistentemente en las causas.
En estos días un joven sanjulianense recibió una golpiza, propinada por jóvenes de la misma ciudad, jóvenes que deben haber compartido con él partidos de futbol, bancos de escuela, cumpleaños, etc, y parece (lo es) inexplicable. Pero hay un grado de tolerancia demasiado lábil para los casos de violencia. He escuchado a padres decir ante un hecho de violencia: "yo le digo a mi hijo/a que se defienda, si le pegan y él no responde igual lo van a tomar por tonto/a", o sea, está instalado en el imaginario general que quien no responde a golpe con golpe es bobo, flojo, tonto, etc; nunca pensar en resolver el conflicto con el diálogo, con la reflexión, no...golpe por golpe. Criar hijos para resolver no violentamente los conflictos es criar tontos o algo peor. Y a esto hemos llegado. Las instituciones, por otra parte, tampoco resuelven las cosas como se debe (es lógico porque las instituciones no son ajenas al imaginario del pueblo) en escuela, clubes, en la calle, hay una violencia intrínseca y sorda, que va desde chumbar al perro para que ataque a quien pasa por la calle, o directamente no hacer nada si ese perro ataca (sin importar si es anciano, joven, niño, mujer embarazada o qué) o mirar para otro lado cuando los chicos se agarran a trompadas, a la salida de la escuela o donde sea. Mil veces he intervenido y me han tratado de loca, de metida, insultada en suma, por querer evitar un mal mayor.
Cuándo entenderemos que la violencia no es el modo? que si alguien es humillado violentamente buscará revancha y más revancha?
Hay una violencia inmotivada, una violencia porque si, por aburrimiento, por hastío, una violencia que surge de la falta de objetivos, y es muy peligrosa.
Ya se ocupará la justicia del caso del joven, y ojalá que no pase a mayores, quiera Dios que todo se resuelva, pero más allá de la justicia, hay una reflexión que debe hacer la sociedad,porque nadie puede vivir con un policía al lado, porque no es la respuesta. De nada sirven los dedos acusadores señalando en un afuera imaginario el origen de los males, hemos soltado las riendas de nuestra vida, y es momento de tomarlas, de darnos cuenta que todos hacemos la sociedad, que el que calla otorga, que podemos tomar la palabra. La muerte (individual y social) se presenta bajo diversas apariencias en nuestra tierra, pero la más frecuente es la indiferencia. Droga, alcohol, suicidio, violencia, maltrato son modos en que nos golpea.
Como yo , muchos padres han escuchado el comentario de sus hijos, no les hacemos un bien justificando cuando comenten un acto inadecuado, debemos hablar estas cosas con ellos, y poner a prueba nuestros valores, los que sostenemos con valentía. El que golpea no es valiente, ni tiene razón, ni es más macho, más bien todo lo contrario...pensemos acerca de eso, la vida y la salud de nuestros jóvenes nos va en ello.
Claudia Elisabet Sastre- Puerto San Julián- 22 de junio de 2011
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