martes, 22 de diciembre de 2009

Felices fiestas y felices vacaciones




PAZ, AMOR, FELICIDAD, SALUD Y TRABAJO SON MIS DESEOS PARA LOS LECTORES DE ESTE BLOG
HASTA EL 2010!!
CLAUDIA SASTRE

jueves, 12 de noviembre de 2009

La Cultura está de paro


La cultura está de paro


La crisis de la cultura es sólo una cuestión de infraestructura? El problema pasa porque el subsecretario no pueda viajar a los eventos porque no le pagan viáticos? O por el hecho de que las calderas están rotas y faltas de mantenimiento?
El problema de la literatura santacruceña es la falta de “afiches y campaña publicitaria”?
En una nota que el diario Tiempo Sur efectúa al escritor de Río Gallegos Carlos Besoain se afirma en el copete “En las librerías, la literatura local está agazapada y a la espera de nuevos lectores”, y esa frase, aderezada con la palabra “agazapada” no deja de ser amenazante. De esa nota se desprende, o lo deja desprender el escritor Besoain, que la situación de la literatura santacruceña mejoraría si se promulgara la bella durmiente ley del libro y el fondo editorial santacruceño. No obstante yo tengo mis dudas, mis muy serias dudas. Ante la actitud casi omnipotente de la SADESC y de los representantes del gobierno, que toman lo que SADESC dice como si fuera palabra santa, la instrumentación y puesta en vigor de la mencionada ley y fondo, no tranquilizan a nadie. La provincia de Santa Cruz tiene respecto del resto de la literatura patagónica un evidente y significativo retraso, y eso se patentiza cuando los escritores viajan a otros eventos, fuera de la provincia. No alcanza con viajar con la delegación provincial de aplaudidores y obsecuentes a la Feria del Libro de Buenos Aires que, como muchos sabemos, es más una excusa para pasear, comprarse ropa y mirar vidrieras, que para interesarse en la literatura. Por qué significativo? Porque al ser una literatura cerrada y acotada a los límites de la provincia no debe exigirse calidad, al sistema le alcanza y le sobra con que nombre unas veinte veces al “pionero” otras veinte a la esposa del pionero, y como al pasar, al indio (como un buen salvaje) o a Julio Argentino Roca, como un gran héroe civilizador. En último de los casos pueden escribir sobre los glaciares, hielo, viento, y otras amenidades paisajísticas, siempre y cuando no se problematice nada, a riesgo de ser un díscolo rebelde, que intenta ser crítico a falta de algo mejor que hacer...es decir, tener un trabajo respetable (en administración pública) o con un amigo diputado y otras vínculos politicos que en otro lado del país (y del resto de la patagonia) se considerarían incompatibles con el oficio de escritor, pero que acá no solo están bien visto, sino que se fomentan como un modo de editar. Lo he escuchado públicamente en un reciente encuentro de escritores:
“Hay que editar, no importa si es bueno o malo, pero hay que editar.”
“El libro me salió gratis porque lo editaron en la Cámara de Diputados, gracias a la intervención del diputado por el pueblo”. (gratis para quién? Quien escribe esto intentóhacerle notar a quien emitió el comentario que tal edición no era gratis, que era pagada con los fondos del pueblo todo, y para qué! Me gané el odio de todo el auditorio...
Cuando se afirma que los libros en la provincia no se editan para ser leídos, todo el mundo mira para otro lado, porque prefieren vivir en la ficción de que son autores importantes, y por eso no pueden y no quieren salir de la provincia sin la capa protectora del Estado.
En tanto y en cuanto no se abandonen las ideas provincianas y el campo literario santacruceño alcance la madurez necesaria que implica minimamente leer, y leer lo que escriben los contemporáneos, los problemas de la cultura serán estos, domésticos, pobres, a-críticos, y los lectores estarán cada vez más lejos de los estantes que venden autores santacruceños, y esto vale hasta para los buenos autores, porque la gente se hace una idea global. En mi trabajo con chicos y adolescentes en los talleres recibo (como muchos podrán asegurar más o menos lo mismo) los siguientes comentarios:
“Yo no leo literatura de acá porque es un bodrio.”
Otro chico me dijo:
“Si me das a elegir entre un poema de Baudelaire o de Rimbaud y uno de un autor de acá, ni lo pienso.”
Con sorpresa agradable reciben a un autor como Jorge Curinao, y les cuesta creer que sea de Río Gallegos, ¿qué tal?
Entiendo que ha de haber gente, que por una cuestión de edad no quiere discutir,, que están cómodos y felices con sus triunfos y logros, lo entiendo y lo acepto, pero habemos otros, más jóvenes, que tenemos un grado de obligación ante las generaciones por venir. A ellos los invito a pensar en un trabajo serio, en formarse como escritores, que no es formarse académicamente, nada más erróneo. Es estar abierto a aprender, escuchar, leer, ejercitar la verdadera humildad (quien ha leido Miguel Hernández, Huidobro, Vallejo, etc se va a hacer humilde en el buen sentido, sobre todo cuando compare sus escritos con ellos), dejar de escudarse en “la escritura del sentimiento” que no es literatura.
No es amable decir estas cosas, no se cae simpático al decirlas, pero alguien debe hacerlo, y no alcanza con las buenas intenciones. No alcanza. Y no alcanza con tener calefacción en el complejo cultural provincial si el subsecretario de cultura es una silla vacía, si no hay planificación, ni política cultural. Y los actores culturales miran para otro lado.
Claudia Sastre- Puerto San Julián- Noviembre de 2009

Consultar los siguientes vínculos:
http://www.tiemposur.com.ar/secciones/cultura.html
http://www.tiemposur.com.ar/nota/7871-amenaza-de-paro-por-falta-de-calefacci%C3%B3n-en-el-complejo.html
http://www.prensalibreonline.com.ar/dblog/noticia.asp?id=6615

lunes, 9 de noviembre de 2009

Se agita el avispero...

y salen a decir pavadas...

http://www.facebook.com/l.php?u=http%3A%2F%2Fwww.prensalibreonline.com.ar%2Fdblog%2Fnoticia.asp%3Fid%3D6605&h=eb01447276703126a09113b8bf62a14d
prensalibreonline.com.ar
Fuente: www.prensalibreonlin...
Noticias de Santa Cruz, Argentina y el mundo

Lean esto y a ver si aguantan retorcerse de risa...sobre todo la parte en que dicen que apuestan a la juventud, hagan la prueba y preguntenles a los señores sadesc si conocen a algún escritor menos de cuarenta años, y no van a conocer a ninguno...qué cultura dicen defender?

Ya se que ahora me caerán todos los cómplices, no importa, todo cae por su propio peso señores...

viernes, 6 de noviembre de 2009

Aclaración para nuestros lectores

Ante el constante hostigamiento, y para preservarme de ciertas personas que dicen "haberme acorralado argumentativamente", aclaro: no es así, no siento eso, no es acorralar argumentativamente a nadie, solo refutar sin razones, la mera refutación no implica derribar una hipótesis, pero bueno, eso el que menos importa, porque nuevamente, parece que se trata de vencer, incluso usando herramientas que los energuménicos hubieran tenido vergüenza de utilizar.
Ante ese uso inescrupuloso de la polémica he decidido, con total libertad por ser administradora del blog, filtrar los comentarios, porque valoro la discusión intelectual, no discuto cosas que ya he discutido; me lleva demasiada energía, energía que tengo invertida en mi trabajo.
No se debe confundir con censura la moderación de comentarios, y si en último de los casos se la confunde, bueno, que vivan en la confusión aquellos que se sienten el centro del mundo.
Respecto de las amenazas,éstas existen, y no necesito demostrarle a nadie ese hecho, ahora si una persona se empeña en negar enfáticamente, que él no es, por algo será que piensa que es la única persona que me puede amenazar. Y a los que viven en esta provincia hace rato, me han expresado que esa práctica es frecuente, asi que lo que digan, me tiene sin cuidado.
Yo he sido censurada? o excluida? o invitada "educadamente" a no participar en un blog, y lo he respetado, y lo seguiré respetando, ante ese hecho, pocos se han manifestado, lo mismo que ante el hecho de borrar por entero todo los posteos del mismo blog...en otros blogs innumerables que llevo adelante debido a mi característica de ociosaburguesaenfermitaliteraria he colocado la moderación de comentarios y he borrado comentarios, desde racistas a insultantes a terceros, éste en particular era insultante para mí, y como yo me siento tan ser humano con derechos como cualquiera, es que he decidido borrarlo.
Lamento mucho si alguien no comparte esta postura, no necesariamente tenemos que estar de acuerdo en todo.
Claudia Elisabet Sastre- Puerto San Julián- 6 de noviembre de 2009

martes, 3 de noviembre de 2009

Ausencias y presencias en la Antología de Escritores Santacruceños de fin de siglo

Continuando con el análisis de algunas cuestiones relacionadas a la Antología de Escritores Santacruceños de Fin de Siglo en base a los conceptos teóricos del sociólogo Pierre Bourdieu, estamos en condiciones de afirmar que existe un campo intelectual santacruceño dotado de una autonomía relativa, es decir, una lucha por el capital simbólico, y una serie de "problemas" discusiones referidas en específico a cuestiones sociales respecto al arte y a los artistas que componen dicho campo. De ahi que interese analizar, no sólo un prólogo, que no es "cualquier cosa" pese a que se quiera simular que sí, porque se analiza el contexto en que ese prólogo es redactado, y porque el prólogo es escrito por quien debía en su momento, marcar los lineamientos estéticos y sociales de una política cultural. La escritura es una marca, y como marca, denuncia; denuncia desde la presencia y desde la ausencia.Es tan fundamental leer lo que dice, como lo que calla. Y siendo que un campo intelectual se compone por actores (personas que actuan dentro de él y gravitan) vamos a ver quiénes integran esa antologia, cuyos textos se comenzaron a recopilar por el años 2000.
Integraban en ese entonces la Comisión Directiva de la Sociedad Argentina de Escritores Seccional Santa Cruz

Presidente: Roberto O. Leydet
vicepresidente: Mario Echeverría Baleta
secretario de cultura y actas: Oscar Apiolazza
secretario de prensa zona sur: Luis René Cortés
secretario de prensa zona norte:Olga Carrizo
secretaría gremial: Crecencia Avila
secretaría de relaciones públicas: Hector Marinero
secretaría de relaciones humanas: Luis M.Gómez
secretaría de relaciones internacionales: Sonia Cortés
tesorera: Eva Decristófaro
protesorero: Roberto Mario Petroff

Vocales titulares

Rosario Mercedes Díaz
Nilda Azar
Mariela Rodriguez
Juan M. Stewart
Jesús Natalio Gimenez

Vocales suplentes

Carlos Besoain
Blanca Magallanes
Paula Apollonio
Carlos Albornoz

Comisión revisora de cuentas

Jorgelina Maury
Ofelia Scort

Delegada ante la S.A.D.E Central (como revisora de cuentas electa)

Ana Elisa Medina

Respecto de quienen figuran en la antología como autores, adelanto que nos llevaremos algunas sorpresas, porque si se entiende que la asociación de escritores debe estar integrada por escritores, algunos de ellos no figuran en dicha antología, lo que da de pensar que eso, que damos tan por obvio, quizás no lo es..
La antología no cuenta con un índice, y tampoco está organizada por orden alfabético, por lo tanto desconozco cuál fue el criterio para su armado. En la presentación de cada autor figura una breve data, que incluye las direcciones, números de teléfono, código postal y hasta horarios en los cuales se puede encontrar a los autores (quien sabe para qué, a lo mejor para cumplir con eso que Salinger decía que hay autores a los que uno los quisiera llamar por teléfono, que corra por cuenta personal lo que cada uno les diría). Respecto de este dato, he indagado con algunos de los que están incluidos en dicha antología, y me afirman que NO autorizaron la publicación de esos datos, e incluso algunos no autorizaron la publicación de los textos tampoco (lo que podría devenir en demandas legales , en primero lugar por estar prohibida la difusión de datos privados, y segundo, los antólogos deben hacer que los autores firmen una planilla donde ceden voluntariamente sus textos, o por lo menos, preguntar, por una cuestión ética).
Muchos quizás se enterarán por este medio de que están incluidos en una antología, que nunca salió, y es más, quizás nunca salga. Mucho trabajo faltaría aún para que este trabajo esté en condiciones de circulación, dejando a un costado la calidad literaria, la edición es pésima, entre los errores detectados se encuentra, repetición de hojas y autores, errores ortográficos, mala compaginación, ausencia de índice, etc. Yo no pondré los datos personales que figuran, sólo me ceñiré a la nómina de autores, que son los siguientes, por orden de aparición:

1. Elena del Carmen Herrera de Torrengo
2. Mónica Graciela Carbone
3. Ildefonso Delgado
4. Natalia González Suñiga
5. Adriana Aciar
6. Marina Pacheco
7. Hugo Gandolfo
8. Mario Dos Santos Lopes
9. María Rosa Ducca
10. Eduardo Castelli
11. Roberto Oscar Leydet
12. Carlos Besoain
13. Jesús Natalio Giménez
14. Lydia Gialetti
15. Manuel Torres
16. Ana Elisa Medina
17. Mario Echeverría Baleta
18. Héctor José Fadul
19. Margarita "Magui" Maury
20. Nilda Azar
21. Flora Rodriguez Lofredo
22. María Rita Drisaldi
23. Aníbal Mario Améstica
24. Ginesa Ramos
25. Carlos Sacamata
26. Luisa Graciela Echeverria
27. Patricia Viel
28. Alicia Norma Torres
29. Nelly Marcote
30. Martha Rondanino
31. Cecilia Maldini
32. María de los Angeles Molina
33. Norha Leonor Fueyo
34. Laura Malatesta
35. Rosario De Mercedes Díaz
36. Adolfo Manzano
37. Beatriz Haydee Valle de Olivera
38. Hector Raúl Ossés
39. Raúl Horacio Staller
40. Miguel Angel Daviglus
41. Cristina Nuñez
42. Juan Héctor Albornoz
43. Carlos Miguel Heiland
44. Oscar Eduardo Cáceres
45. Jorgelina María Maury de Alfini
46. Olga Magdalena Díaz
47. Juan Carlos Parengo
48. Rosa Elda Beigpregone
49. Pablo Adrián Strafaccio
50. Albina Santos
52. Gerbacio Hugo Astete
53. Fernando Desmonts
54. Oscar Alexis Boichetta
55. Graciela Beatriz Umile
56. Eduardo Castelli
57. Graciela Esquivel Espejo
58. Oscar Anibal Appiolaza
59. Justa Elizabeth Almada


De los autores que integran la comisión directiva de SADESC sólo ocho figuran en la antología; y si bien muchos de la lista de 59 son afiliados o lo eran, hay incluidos en la antología algunos extra-sade, que nunca lo fueron, como el caso de Marina Pacheco. Eso es curioso, porque habla de un afán de inclusión que no suele ser típico de las estructuras SADESC. Hay allí significativas ausencias, que sería interesante leer, para poder comprender mejor la complejidad del campo literario y su sistema de validación. Por ejemplo, Roberto Mario Petroff, siendo integrante de la comisión, no aparece publicado en la antología. Tampoco aparece ni Maritza Kusanovic, ni Carlos Pérez, ni Maria Silvina Ocampo (panchi) que en esos tiempos me consta, vivían en la provincia, tampoco figuran otros emergentes que ya escribían por entonces, el caso de Pedro Carrizo de Río Turbio, ni Daniel Rasgido, ni Patricia Sampaoli, autores que son bastante más conocidos fuera de su provincia que dentro de ella, ¿qué paso que no fueron convocados? no lo sé. Y por sólo nombrar algunos que conozco estaban produciendo entonces, porque no me consta que Jorge Curinao, por ejemplo, estuviera escribiendo entonces, pero es posible...
La publicación de esta mentada antología se pensaba entonces como un trabajo de recopilación de todos los que en ese momento estaban escribiendo, y así lo expresa el presidente de SADESC Roberto Leydet:

"En ambos casos (1), la intención fue reunir voluntariamente, a los que quisieran participar, para proyectar hacia las generaciones futuras, tanto de lectores como de investigadores de la lengua, un corte situacional que ubicara el estado de nuestra producción literaria en momentos tan significativos para el ser humano" Página 4.
(1) Aquí se refiere a algo mencionado en el párrafo anterior donde se hablaba de otra antología que se realizó en virtud del centenario de Río Gallegos.

En otra parte asegura que son sesenta y dos escritores los que integran "orgullosos" (según palabras de Leydet)pero yo conté sólo 59, habrá que ver si es un error más de este catálogo de horrores y errores que esta antología es.

Es la función de un crítico poner a dialogar a las obras con el contexto en que son producidas, es función también leer todo lo posible (hasta aquello que no le gusta estéticamente o no le da placer)
Es lógico también que la tarea del crítico resulte molesta para algunos, suele ser muy molesta para aquellos que consideran que no hay que modificar nada, pero es una cuestión de honestidad intelectual.
Incluso existe los que piensan que esta tarea no sirve para nada, que es un mero lujo burgués, más aún cuando se efectúa desde los márgenes de la academia formalmente constituida. En fin, el lugar molesta a propios y extraños.
Me parece perfecto que no todos acuerden conmigo, me parece saludable el disenso, ahora cuando ese disenso llega con agresión, descalificación y otras maniobras arteras y maniqueas de hacer decir lo que no se dijo y tergiversar las cosas, yo me pregunto qué es lo que ha sido "tocado" allí. Todos sabemos que la literatura es un arte más entre varios, pero es un arte distinta. Nosotros tratamos con el sentido. Los que producimos literatura y los críticos también (más aún en mi caso que trabajo en ambas) O sea que nadie desconoce que no hay literaturas "inocentes" - y aquí no estoy hablando de la calidad de lo escrito, aunque eso tampoco es inocente-.
Bourdieun sabe que al incluir un nuevo elemento en un campo literario se produce un reacomodamiento, ese hubiera sido el efecto de esta antología; que se hubiera incorporado al bagaje de capital simbólico que circula, esos nombres y sus respectivas figuraciones significa algo. Sin valorarlo axiológicamente, significa. No es cierto que en un prólogo se dice cualquier cosa, algunos dicen cualquier cosa, pero en realidad un prólogo es un marco de referencia, como lo es la tapa, la compaginación, la cantidad de páginas que se le otorgan a un autor, etc. Será por eso que al leer los ataques ante la publicación de la primera parte de este trabajo, tanto a mí persona como al señor Elpidio Isla, me pregunto ¿qué es lo que hemos tocado? en particular me pregunto si se me ataca por hacer mi trabajo, claro que siempre corro el riesgo del desacuerdo, ¿desde cuándo la tarea crítica ha sido palabra santa o la verdad absoluta? ni lo pretendo, pero de ahi a atacarme porque corro el riesgo de exponer por escrito mis lecturas e investigaciones? la verdad me parece de un absurdo patético, o bien, un ataque político disfrazado..
Me parece interesante también el hecho de que muchos de las cosas que están detrás de la publicación de esta antología hubieran quedado reducidas a cenizas, y ahora, por lo menos, pueden enterarse de qué se trata, de cómo a veces se usan los dineros públicos, y no por el hecho que yo soslaye la causa penal que supongo seguirá su curso como debe ser, que para eso está la justicia.

Claudia Elisabet Sastre - Puerto San Julián- 3 de noviembre de 2009

lunes, 26 de octubre de 2009

Acerca de un prólogo de un libro-antología que aún no salió

En el año 2006, en la ciudad de Río Gallegos, en la calle 25 de Mayo n° 35, en la empresa IMAGEN Diseño y Dirección, se termina de imprimir la "Antología de Escritores Santacruceños de Fin de Siglo". Era Subsecretario de Cultura de la Provincia de Santa Cruz el señor Rubén Radosaldovich, de quien se puede leer un poco más en el siguiente vínculo: http://www.opisantacruz.com.ar/2007/Julio/02/diahoy/Portada%2003.htm
Era Presidente de SADESC Roberto Leydet, quien elabora el primer prólogo de la obra que nos ocupa, el segundo prólogo es elaborado por el mismísimo Radosaldovich. De ese prólogo es que nos ocuparemos en este trabajo.

A continuación transcribo textualmente el prólogo referido, incluso con errores ortográficos, lo que está entrecomillado son palabras absolutamente textuales del entonces Subsecretario Radosaldovich. Las remarcaciones en negrita son mías.

"Bien dijo alguna vez un urbanista local que las plazas y los parques de los patagónicos son nuestros gimnasios; y debemos añadir que ese espacio es compartido, en la carrera de la vida cotidiana, con los pasillos que forman las góndolas de los supermercados y las colas de pago y cobro que los habitantes de nuestra geografía conforman, en los bancos y demás instituciones públicas, donde se encuentran a conversar y a ponerse al tanto de los chismes del día.El patagónico de la zona austral, el santacruceño. el riogalleguense, vive expuesto al encierro, debido a la rigurosidad de la intemperie que, en muy poco tiempo afea las casas por fuera, descascara la pintura, debilita los revoques de cemento, raya los vidrios exteriores, mientras que, adentro, todo es tibio y acogedor.
El patagónico es apático, como un cavernícola y su nueva cueva es su casa, su nueva hoguera la luz que desprenden los rayos catódicos de un televisor y su nuevo báculo el control remoto.La patagonia expone al individuo a los rigores de un gran contraste: por un lado, las comodidades y las herramientas que proporcionan las ciudades, como ser computadoras, con acceso a internet; comunicaciones telefónica, postal y otras; artículos de librería;libros (hay que recordar que Río Gallegos es una ciudad, por ejemplo, de 82 mil habitantes, que llegó a tener, a principios de 2005, siete librerías y hoy cuenta con cinco (¡); una Universidad con una excelente carrera de Profesorado en Letras (se trata de la U.N.P.A-U.A.R.G. Universidad Nacional de la Patagonia Austral- Unidad Académica Río Gallegos; escritores (algunos agrupados en la filial local de la Sociedad Argentina de Escritores) etcétera. Por otro lado, las impresiones que en el individuo provoca la belleza abrumadora y salvaje del paisaje, poblado de una atmósfera que cuando no es prehistórica, es cuando menos inhumana.
¿Quién no recuerda, yendo a otras latitudes, la fuerza y los colores de esa bóveda celeste, ya en pleno atardecer, tachonada de estrellas, con un lucero que alumbra en el horizonte desde su resplandor frío y titilante, mientras la luna se apronta con sus finos y filosos cuernos a arrasar el todo de la noche?.
Es entonces cuando algunas personas conviviendo pacíficamente con ese aislamiento que impone esta cultura del sur y cansadas del televisor, llevan el mate junto al sillón y se deciden a leer. En ese momento comienza a desarrollarse un extraño viaje interior.Alguno de esos lectores decide tomar una birome, un papel y comenzar el intento de volcar sus ideas. Claro, el lenguaje escrito no es el mismo que el oral y se resiste. La escritura se vuelve, como siempre que se la somete al mismo trato, indócil a la hora de ejercer la voluntad para plasmar en signos, el mundo simbólico de ese tibio y esforzado escritor, que no se manifiesta como tal ni aún para sí mismo.
Algunas de esas personas, que ya comenzaron a encontrarse a sí mismas en la escritura (porque la escritura es un espejo y una ventana transparente) deciden dedicarse a esta labor con tenacidad. Allí se inicia un nuevo proceso: el del ejercicio, el estudio y la repetición.
Sobreviene, entonces,la profesionalización escribiendo, incluso, textos muy elaborados:guiones para cine, libros de poesía, de cuento, novelas o guiones para historietas y editan esos trabajos, pagándolos de su propio bolsillo o enviando esos escritos a concursos literarios de carácter provincial, regional o nacional,ganando en algunos de esos certámenes, mientras continúan trabajando para ganarse la vida, dando asistencias técnicas para organismos oficiales o privados que están dedicados a la producción de arte o escribiendo para lagún medio gráfico local o nacional.
Todos ellos insipientes escritores de intimidad, reconocidos maestros, son importantes pues hacen a la voz de una época: la suya,. la nuestra.
Por ello no nos sorprende en absoluto que sean más de sesenta los escritores que integran esta Antología de los escritores del fin de siglo, concebida por la Sociedad Argentina de Escritores Seccional Santa Cruz, auspiciada por la Subsecretaría de Cultura de la Provincia que hoy les presentamos.
Rubén Radosaldovich
Subsecretario de Cultura de la Provincia de Santa Cruz."


Todo este disparate se parece, en esencia, mucho a lo que se expresa en el portal de la subsecretaria de cultura en http://www.santacruz.gov.ar/cultura/biblioteca/programas/fuegointerior2005/fuegointerior.htm.
Intentaré analizar entre el prólogo y el texto, las relaciones ideológicas que sustentan la política cultural de la provincia (en el momento en que aún la había, actualmente el subsecretario de cultura Daniel Cazzapa es virtualmente un desaparecido político, que sólo ocupa un despacho de nada para nada).

Si tomamos este prólogo como un manifiesto explícito de cuál es la mirada que un Subsecretario de Cultura de una provincia tiene sobre el panorama cultural de la misma, y sobre qué pre-supuestos no sólo está trabajando, sino que está planificando una política cultural a futuro, no podemos más que desesperarnos. Es una explicitación de muchísimos implícitos, es un corte transversal también de un momento histórico, al que podemos analizar sincrónicamente y ponerlo a dialogar diacrónicamente, con la historia cultural de la provincia de Santa Cruz.
En primer lugar, el subsecretario considera que la intelectualidad santacruceña se forma en los pasillos de los supermercados o en las colas de los pagos de servicios donde intercambian "chismes" (sic). Es realmente increíble que se afirme tan suelto de cuerpo el alto grado de mediocridad que connota este comentario, tanto por parte de quien lo emite, como de los destinatarios hipotéticos de este texto, ergo, los lectores santacruceños y/o virtualmente cualquier lector de ese libro...

La temeraria afirmación de que: "Es entonces cuando algunas personas conviviendo pacíficamente con ese aislamiento que impone esta cultura del sur y cansadas del televisor, llevan el mate junto al sillón y se deciden a leer. En ese momento comienza a desarrollarse un extraño viaje interior." Según el señor Radosaldovich un escritor se forma a partir del hartazgo del televisor, si esto no es espontaneísmo puro, no se qué lo será. Todo esto sumado al hecho, no menor señalado, de la "poderosa e ineludible presencia del paisaje" al que se describe como: "la rigurosidad de la intemperie que, en muy poco tiempo afea las casas por fuera, descascara la pintura, debilita los revoques de cemento, raya los vidrios exteriores, mientras que, adentro, todo es tibio y acogedor." y a la vez, idealizado como: "la fuerza y los colores de esa bóveda celeste, ya en pleno atardecer, tachonada de estrellas, con un lucero que alumbra en el horizonte desde su resplandor frío y titilante, mientras la luna se apronta con sus finos y filosos cuernos a arrasar el todo de la noche"; cabe preguntar entonces en qué quedamos. O bien son, los santacruceños, unos neo trogloditas frente al televisor y la estufa, apáticos (!¡) cavernícolas y chismosos, o bien, unos "tibios y esforzados escritores" que en un rapto de desconocida humildad no se consideran escritores (?), pero ellos, en su gran mayoría, digo, integrantes de esta antología, que carece de índice y del menor criterio de diseño gráfico de libro, son afiliado a la SADESC, ya que la convocatoria se centró, en apariencia, a partir de la comisión de la seccional santa cruz, que sí figura, en pleno, en la página 412 de la mencionada antología.

Recapitulando, este libro que se editó en el año 2006, cuyos ejemplares están secuestrados por la justicia, no por su escasa calidad literaria (aunque eso hubiera bastado) sino por un escándalo y denuncia penal por la desaparición de 37000 pesos, destinados a la publicación de esta antología, cuya cantidad de ejemplares desconozco, al igual que el resto de los detalles (ocultos con mucho cuidado por los involucrados en el hecho). No afirmo que la SADESC haya tenido que ver con la estafa pecuniaria que implica la publicación de esta "antología", pero si con la estafa que significa ser cómplice de un subsecretario de cultura que afirma lo que afirma respecto a la política cultural de la provincia.
También se podría objetar la falta de criterio para conformar una antología, que se supone representativa de un panorama cultural o literario, pero claro, pedir eso equivale a pedirle al olmo que dé peras, porque las personas que integran dicha institución no sólo carecen del menor criterio crítico, sino que además consideran correcto aceptar prebendas (en forma de dinero para publicar, subsidios y otras yerbas), con lo cual se alejan cada vez más de la idea de intelectuales independientes, y este alejamiento ideológico se refleja sin dudas en los resultados estéticos que resultan.
Podría pensarse un detalle gracioso si no fuera tan grave como lo es, que además la edición tiene faltas de ortografía, errores sintácticos y un diseño interno espantoso, descuidado y desacostumbrado para una obra literaria (si ésta lo fuera)lo que hace sospechar la desidia que acompaño la edición de esta antología.
Queda analizar el otro prólogo, elaborado por quien fuera entonces presidente de la SADESC, y también analizar, otras antologías elaboradas en la región, y más específicamente en nuestra provincia, porque considero que son un reflejo de cuáles son los lineamientos de las políticas culturales, qué criterios estéticos, éticos y políticos sustentan, en una provincia donde hasta ahora los escritores independientes han sido opacados, ocultados y/o silenciados por una institución que jamás ha hecho por la cultura de la región , ni por su literatura, que "juntar tropa" para aplaudir los discursos de los subsecretarios asumiendo cargos, y para viajar a la Feria Internacional del libro en Capital Federal con los gastos pagos por el gobierno y asistir a sorteos de días de alojamiento y excursiones en El calafate.

Semejante política cultural tenía que dar por resultado este panorama actual como el que tenemos. Es una obligación ética de los intelectuales no sólo denunciar este estado de cosas, sino también hacer algo para modificarlo, porque todo está conectado, el desánimo que atraviesa a nuestra comunidad, el índice de suicidios, la falta de expectativas de sus habitantes, está relacionado con el mediocre panorama cultural que se vive, porque no está de más recordar que no sólo de pan vive el hombre. Mientras tanto, la gente olvida, estas personas se reciclan y vuelven, y hoy el señor Radosaldovich integra la asociación "Gente del sur" como presidente, institución que intenta obtener un cine para Río Gallegos (faltará dinero aquí tambien?).


Claudia Sastre- 27 de octubre de 2009

jueves, 22 de octubre de 2009

La función del cronotopo bajtiniano en “El fantasma del Cabo Virgenes” y “Chechén, el hijo” de Cecilia Maldini Frías

La función del cronotopo bajtiniano en “El fantasma del Cabo Virgenes” y “Chechén, el hijo” de Cecilia Maldini Frías

Dos locaciones diferentes pero parecidas, donde la intemperie se hace dueña del relato, y se incorpora a él, cumpliendo una tarea que excede la meramente decorativa; se transforma en trascendente a través del trabajo narrativo que la escritora le imprime. El lugar y el tiempo, y las encrucijadas que el lugar y el tiempo construyen dentro de la historia son mucho más que un marco, o como los escritores denominamos, un ambiente. Trabajando en el taller con la estructura profunda del relato, con ese díalogo que se establece entre lector y autor, díálogo enriquecido por aquello que no se dice y que se infiere, es que advertí cuánta importancia tiene para la conformación y desarrollo del relato, el ambiente. Y cuando decimos ambiente decimos una determinada época histórica y un determinado lugar geográfico, que conforman a decir de Bajtin, el cronotopo, ese lugar donde ambas líneas se cruzan y se re-significan para que el relato tenga sentidos (remarcando el plural, porque los cronotopos tienen como función el abrir la polisemia de los textos) donde podemos leer (o sentir/percibir) eso que tanto se nombra, el discurso de superficie y el discurso profundo, o la apariencia y la esencia.
Me planteaba en el taller si era correcto trabajar un cuento definido de antemano como de “adultos” para explicar una técnica a niños de ocho años, pero recordé mi propio placer estético al leer “Chechén, el hijo” de un libro predefinido por sus elementos paratextuales como literatura infantil. Ahí fue cuando comprobé que ambos textos tenían un armazón estructural complejo, cuyo centro estaba construido alrededor de la idea bajtiniana del cronotopo.
La idea de cronotopo nos presenta un suceso, pero no es un suceso cualquiera, sino que es un suceso enmarcado, y es importante dentro de la construcción del relato. Esto es, ninguno de los dos cuentos podría haber sido escrito sin contar con su respectivo cronotopo. No podría haber sido contado en otro lado, en otro tiempo, es decir, el paisaje es en Maldini, al decir de los láricos, el paisaje en el hombre,no es el elemento decorativo vacuo y descriptivo que sólo llena páginas y páginas de descripciones. El ajuste mínimo, la precisión casi epifánica del detalle, centra la mirada en lo esencial, dejando en un aparte lo suntuario, lo prescindible del paisaje
En “Chechen, el hijo”1 el relato se abre y se cierra con un enunciado gestado a la luz de una oración: “Una mujer morena”:
“Una mujer morena camina por el campo, rumbo al mar”
Y culmina con un enunciado similar desde la sintaxis, que conserva el sujeto de la oración que abre el texto:
“Una mujer morena vuelve sobre sus pasos, caminando desnuda por el campo, a la luz de la luna que ilumina las piedras y las flores silvestres de los cerros.” Y es aquí justamente donde se produce el espectacular cambio de sujeto que, de alguna manera resignifica el cuento y lo cierra:
“Lleva un niño en sus brazos”. Ese niño es Chechén.
Ese lugar, adonde llega la mujer con la tribu, a alimentarse de la ballena varada es el lugar donde se desencadena la historia, y desde donde podemos aprehender la realidad singular que nos construye el relato, es un lugar singularizado, tal como el Cabo Virgenes lo es en el relato “El fantama de Cabo Vírgenes”2
El lugar concentra los acontecimientos en un pequeño espacio geográfico que va acercando la acción como si fueran enfoques cinematográficos, enfocando a pequeñísimas escenas, a saber, la escena de la despedida en la playa, la escena del juramento, la escena de la muerte, la aparición de el hombre en el faro, enfoque en la cabaña, rechazo en la playa, la escena de la anagnórisis del fantasma y su reconocimiento de que Conrado no era Julián, su esposo, y la ruptura de la promesa de amor.
La técnica es la misma que en Chechén, la llegada al lugar donde está la ballena varada, la tribu come la carne de la ballena, comienzan a sentir los síntomas del envenenamiento, llegada de los blancos a rematar a la tribu, nacimiento del niño, huida del lugar de Chechén con su madre.
Al igual que en “Chechén, el hijo”, la playa es en “El fantasma...” el lugar donde comienza todo y todo termina, porque es el lugar donde se sella la promesa del retorno de Julián, esposo de la fantasma en vida, y el lugar donde es rechazada por Conrado con el gesto de arrojar el medallón.
En ambos cuentos no hay desplazamiento geográfico. El accidente geográfico de Cabo Vírgenes y ese lugar indeterminado pero fácilmente ubicable en la zona del estrecho de Magallanes, son encrucijadas témporo-espaciales denominadas por el teórico Nicolas Bajtín como el sitio donde se atan y desatan los nudos cruciales de la narrativa; y reponen, a la vez que utilizan “regionalidades”-saberes específicos de conocimiento experenciales de una zona geográfica determinada-, donde entran a jugar los no-dichos, por no -necesarios.
Es decir, a un patagónico no hace falta contarle cómo fue el exterminio de los tehuelches,ni contarle que los estancieros envenenaban la carne, de ballenas en este caso, o de corderos eventualmente, para exterminar tribus enteras...y quien conoce de la historia que no figura en los libros de historia argentina de la escuela saben de la fundación de las ciudades Nombre de Jesús, en la cercanía de Cabo Vírgenes y Rey Felipe, fundaciones fracasadas, donde sus habitantes perecieron por hambre y enfermedades.
El cronotopo entonces, en los cuentos de Maldini, además de ser el centro de su técnica narrativa , es una marca identitaria. Una manera alternativa de contar la historia no oficial de su pueblo, más allá que el argumento se comprende perfectamente, aún si uno no posee esos saberes previos.
Al ficcionalizar eventos históricos la narrativa de Maldini se situa en ese espacio complejo que juega siempre al margen del “regionalismo” pero sin caer en él, y a la vez recupera ese imaginario que nuestra gran poeta Gabriela Mistral dió en llamar “trópico frío”, y que ha dado una larga tradición de narradores que escriben con un ojo en la historia y otro en la literatura, como Pavel Oyarzún, Francisco Coloane, Elpidio Isla, Asencio Abeijón, Donald Borsella, David Aracena y otros narradores de estirpe.

Claudia Elisabet Sastre - Puerto San Julián- 20 de octubre de 2009-

martes, 6 de octubre de 2009

Unas reflexiones, muy provisionales, sobre la autocensura en la poesía

La critica debe descolocarse, desacomodarse para descolocar y desacomodar, por ejemplo, las artes de la colocación, o la posición,de aquello que solemos llamar "una posición política", ya sea en su sentido estratégico-militar (la política como una forma continua de guerra y la intervención en los conflictos sociales) o en su apaciguada y apaciguante manera de colocarse en la mesa de los contratos y los acuerdos racionales para mediatizar o retardar los conflictos que de todos modos patean por debajo de la misma mesa equitativa de las negociaciones.
En ambas maneras de concebir la política, la crítica literaria es más el arte del inconformismo razonado o la develación de una verdad inadvertida pero que estaba allí en las cosas o los textos literarios, ante los ojos perezosos que no sabían verla.
Jorge Panesi - Críticas-


Aquello que viene al mundo/ para no perturbar nada/ no merece/ ni consideraciones/ ni paciencia. René Char




A partir de un libro reseñado por mí"Cabeza de Tarro" del autor trelewense Rodolfo Ap Iwan, y ciertas líneas de lectura sobre las que puse énfasis (http://verbocopihue.blogspot.com/index.html#2659325322538655841#links) que pueden consultar por ustedes mismos, se suscitaron algunos comentarios polémicos.
En primer lugar debo señalar que la tarea de quien hace una reseña debe ser eso, generar pensamiento,despertar curiosidad, en fin, generar deseos de lectura, lo cual no es poca cosa, hoy en día, y con las pocas ganas de leer que existen.
En segundo lugar, creo haber actuado debidamente, es decir preguntando primero al autor (esto es posible solo a veces, ya que no siempre conocemos a quien estamos reseñando, y eso , como veremos, tiene sus pro y sus contras) pero dado que tengo una relación de afecto con el autor, me pareció oportuno preguntarle acerca del hecho de que entre la primera edición del libro y la segunda, había un poema que había sido cortado (reducido, censurado o autocensurado). Justamente esas relaciones de afecto y cercanía que tengo con algunos autores ha sido innumerables veces un problema, quizás no tanto para mí, como para los demás. Desde que elegí dedicarme a la crítica literaria, decidí hacerlo todo lo honestamente que me fuera posible, y eso implicaba leer los textos en los contextos donde fueran producidos pero no dejarme influir ni por amistad ni por enemistad en las consideraciones. No obstante he sido acusada tanto de obsecuente como de perjudicar a autores con los que hubiera tenido una rencilla personal. Y en ambos casos no era cierto. Lo que suele suceder es que el crítico es maravilloso cuando lo que dice se ajusta a lo que nosotros pensamos, y dice disparates si nos ofrece su lectura un punto de vista que no habiamos imaginado, y así...es muy dificil dejar a todo el mundo conforme; pero el debate que se suscitó con Cabeza de tarro creo yo, excede esas nimiedades que uno acepta como parte del rol que se asumió.
La contradicción se producen por el hecho de que Rodolfo y el libro susodicho fueron publicados por el Colectivo Cultural Bajo Los Huesos, integrado por un grupo de artistas que tienen una postura explícita, de connotación social e incluso política.
Esta agrupación integrada por Jorge Spíndola, Natalia Maldonado, Marcelo Chiuli, Diego Román, Marisa Barrientos, Rene Rivera Guerrero, Luis Carranza, Noelia González, Miguel Ñancufil, Miguel Rojas, Román Cura , Viviana Ayilef y Rodolfo Ap Iwan, entre otros, tiene como referente principal al poeta Jorge Spíndola, como el que tiene dentro del grupo mayor experiencia y trayectoria, y es quien prologa el libro de Ap Iwan. Este intelectual publicó a principios del mes de mayo de 2009 una solicitada que circuló por muchos sitios web y blogs, incluso correos personales, donde declaraba públicamente por qué no escribía en Jornada (un diario de la zona) donde manifiesta (cito textualmente)

Tal vez la enseñanza mayor de las luchas de 2001 fue nuestra pérdida social del miedo, nuestra impugnación de la vieja cultura del terror o de la no participación en la construcción de nuestros propios destinos como trabajadores. Esa es una conquista cultural y social que no debemos entregar a ningún patrón, a ningún modelo vigilante que pretenda erigirse sobre nuestras conciencias.

Por eso no me "cerraba" la autocensura. Me llamó la atención de que alguien que defendía con tanto impetu la libertad, de alguna manera apañara un gesto de autocensura, y no lo resaltara en el prólogo, donde enfatizaba la libertad con que el poeta escribía. Y por eso le pregunté al autor. Avisándole que no iba a sesgar ese hecho de la reseña. No hubo de mi parte ninguna actitud de mala fe. Ni la habrá, porque siempre voy de frente ante las cosas.
Tal vez, y solo tal vez, nuestro campo literario es tan chico que provoca estas fricciones de sentido, somos pocos, y nos conocemos todos o casi todos, o será que las dificultades de edición provocan ese temor de los autores de no ser leídos si ponen frases inconvenientes. Solo destaco que eso no es bueno, que no está bien que el autor piense o especule de antemano con que va a pensar o decir el lector. Es cierto también que un libro no se limita a un poema, pero un poema puede ser el síntoma de algo. Un poema (uno solo incluso) no es poca cosa. Qué puede estar pasando en nuestro campo literario para que estas cosas sucedan? ¿Éramos más libres cuando hacíamos ediciones artesanales y de poca circulación? Si así fuera sería lamentable. Es función de la crítica señalarlo, porque es un indicador de algo, porque si no ponemos a dialogar a la literatura con el contexto en el cual se produce somos un objeto suntuario, y yo no quiero dedicar mi vida a hacer objetos suntuarios, y que mis reseñas complacientes salgan publicadas en los grandes medios y eso.
El Colectivo Bajo Los Huesos y sus integrantes tienen todos los espacios para manifestarse, ni falta hace que se los aclare porque lo saben, porque la mayoría de ellos me conoce y conoce mi modo de trabajar. Pero son temas que valen la pena discutir, por la madurez y el crecimiento de nuestra literatura.

Claudia Elisabet Sastre- 6 de octubre de 2009- Puerto San Julián

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Sergio De Matteo: Experiencia / Experimentación en la práctica poética: Williams, Bustriazo Ortiz y mariani, tres síntomas en búsqueda de expresión

Experiencia / Experimentación en la práctica poética: Williams, Bustriazo Ortiz y mariani, tres síntomas en búsqueda de expresión

“El hombre es sólo la mitad de sí mismo:
la otra mitad es su expresión”

Emerson

“…el poeta tiene un sentido histórico del idioma,
que a tientas busca con justeza su expresión”

César Vallejo

Para comenzar se cita del ‘diccionario’ con el fin de marcar y destacar la huella de tres vocablos enunciados en el título del trabajo,

Experiencia: (del lat. experientiam), conocimiento que se adquiere con la práctica.
Experimentación: (del lat. experimentun), probar y examinar las condiciones y propiedades de una cosa por la práctica.
Expresión: (del lat. expressionem; expresio, -onis), manifestación del pensamiento o de los sentimientos por medio de la palabra, de signos exteriores, de gestos.1

En la interrelación de tales palabras se vincularán apreciaciones teóricas respecto al campo intelectual y el “síntoma” que, en definitiva, más allá del carácter paratextual e intertextual, lo endógeno y lo exógeno de la obra, también forman parte de la resultante literaria. Entonces, tanto el ruido como la pulsión se proyectan y concretan en la obra individual, pero, a su vez, la misma está compuesta y contaminada de los acontecimientos sociales, y sucede a través de la experiencia en la expresión de la poesía como proceso de experimentación.

En esta perspectiva interdisciplinaria de análisis, donde confluyen experiencia, experi-mentación y expresión, se realizarán algunas observaciones en cuanto a la producción literaria de tres poetas argentinos-patagónicos: Ariel Williams, Juan Carlos Bustriazo Ortiz y Reynaldo Mariani, conocido como mariani.
En la conjetura de trabajo se articulan nociones teóricas que sustentan y justifican a la “poesía experimental” y a la “poesía discursiva”. Aplicando tales concepciones estéticas a los textos seleccionados es posible observar que el andamiaje epistemológico que pretende diferenciar-las de modo irreconciliable tiene, en realidad, puntos en común, vasos comunicantes; por lo tanto, se deduce que se participa más de una toma de posición dentro del campo literario —en cuanto a disputa de espacio de poder cultural— para conquistar un lugar expectante en cuanto al ordenamiento del mismo campo; y que, objetivamente, la práctica de ambos tipos de escri-tura —la que aún utiliza a la palabra como significante— no posee una concepción tan antitética como la que se expresa en los manifiestos.
Se destaca que la trayectoria de los poetas elegidos no se circunscribe totalmente a dichos programas, incluso su percepción y producción escapa a las líneas de acción propuestas por esa “nueva poesía”, pero a grandes rasgos sus particularidades estilísticas coinciden con estas vanguardias, y en los casos concretos de mariani y Williams hacen del género poético un lugar propicio para la crítica. Pues la poesía enfrenta la opresión del poder, su correlato es la libertad, la exploración y la expansión de la búsqueda artística; en ese sentido será el anatema del fascismo, del conservadurismo y, desde ya, del neoliberalismo, con su producción siste-matizada del mercado que convierte a la obra de arte en mercancía despojada de “aura”.
Y aquí hay una amplia coincidencia en el posicionamiento con la tendencia de algunos de los referentes de la poesía experimental, porque se asume el arte —la ejecución de ese arte— como experiencia vital, activa e intensa dentro y junto al tejido social.

El poeta, artista, diseñador gráfico, performer, videísta, multimedia, networker y licenciado en letras Clemente Padín en un artículo titulado “La poesía experimental en América Latina” reflexiona sobre el resurgimiento de esta producción poética y agrega que bajo la denominación de “Nueva Poesía”,

“...se reunían aquellas formaciones poéticas que, de una u otra manera, subvertían los códigos de emisión y recepción habituales de la poesía discursiva o meramente verbal. La ‘Nueva Poesía’ se valía de las posibilidades expresivas de los sonidos y formas de las palabras y/o letras, tanto en su vertiente verbal o no-verbal como con o sin elementos para-verbales, es decir, con o sin imágenes de alguna índole. Si prevalecía la imagen era connotado de ‘poema visual’, si lo era el sonido, ‘poema fónico’”.

y en el mismo trabajo de 1996 agregará
“La vanguardia poética (y artística) es necesariamente experimental con respecto a su lenguaje, es decir, no sería vanguardia sino estableciera proyectos radicales de escritura y/o lectura impulsada por la búsqueda y producción de nueva información. No se trata de manipular los signos del repertorio propio de cada lenguaje en una fruición redun-dante de soluciones ya conocidas y aceptadas por el establishment, ejercicio insubstan-cial de virtuosismo epigonal. Se trata de generar información que problematice al lenguaje empleado (y, por ende, el resto de los lenguajes) y, también, a la sociedad que los sustenta, cuestionando y obligando a rehacer sus estructuras a la luz de los procesos que despierta el nuevo conocimiento. Estos reacomodamientos, en los variados y distin-tos repertorios, no sólo artísticos sino sociales, generarán, a su vez, nuevos planteos y cuestionamientos que revertirán y modificarán aquella información, provocando nuevos avances en el conocimiento”.2

La crítica Ivonne Bordelois señala en el libro de ensayo La palabra amenazada que: “La palabra poética es violencia contra la palabra establecida”.3 En este planteo —algo darwinista, pero magnífico— se debate, más allá de la impronta combativa, la substancialidad de la pala-bra poética, en su carácter trascendente y, a su vez, como reservorio del lenguaje; en tanto y en cuanto el valor y el rol de la palabra para el escritor como herramienta del arte en tránsito por la mundaneidad es esencial y apremiante. Ha dicho el poeta Joaquín Giannuzzi que en su función y propósitos “la palabra poética es lo más cercano a la cosa que se nombra, las cosas esperan que les demos la palabra. En el poema las palabras se han convertido en cosas, tanto es así que la poesía es la garantía del sentido o la conservación de la palabra”.
Por medio de la ensayística —Bordelois— o de la poética —Giannuzzi— se resemantiza a la palabra poética ante la palabra desgastada por el uso cotidiano, o peor todavía, frente a la que se encuentra vaciada de contenido y bastardeada constantemente por los mass media. Enton-ces, más que reducir la poesía sólo a la substancialidad debería anclársela también a otra idea del siglo pasado: la materialidad; porque lo material (la cultura material reinvindica Richard Sennett en su libro El Artesano) en su tráfico deja sus sedimentos, sus restos, hace historia; aunque esa materialidad moderna haya sido extremadamente criminal con los seres y la natu-raleza, pero para los contemporáneos es el espacio de pertenencia, es el tiempo en que la pasión de lo real ultrajó la sensibilidad, y en ese ultrajar, en ese ir más allá, casi clausura y deja sin sentido ni razón de hablar a la poesía —al decir de Theodor Adorno— hasta que descubrió la poética de Paul Celan.
La modernidad en su etapa tecnoindustrial legó la serie, redujo lo artesanal, fulminó el “aura”, y frente a tal avance a la poesía nada más le queda como refugio la casa del lenguaje. Para justificar esta lectura se apela a Zygmunt Bauman y sus investigaciones respecto a la moder-nidad, quien da en sus referencias la opción entre lo sólido y líquido. Para el arte únicamente es posible lo “sólido”, no como “cosa”, sino como cuadro de situación radical, porque la misma existencia es un dato radical, y se le revela a todo artista que piensa y vive la contra-dicción de lo finito, siendo, a partir de ahí, habitado en el fondo de su conciencia por la nece-sidad y la angustia de colmar la ausencia. “La angustia surge —dice Kierkegaard— cuando el espíritu quiere poner la síntesis de todo y la libertad fija la vista en el abismo de su propia posibilidad y echa mano de la finitud para sostenerse”. La muerte irremediable se hace patente en el mismo hombre, por lo menos en parte de sus quehaceres y reflexiones, y en esa situación la poesía concilia su devenir, lo justifica, y se convalida en el proceso como trascendencia de lo finito. El poeta y crítico uruguayo Eduardo Milán, en el libro Justificación material. Ensayos sobre poesía latinoamericana, explica:

“el poeta moderno tampoco tiene lugar, desde el punto de vista de una necesidad aurática, en el tiempo de la modernidad. Debe crearlo, construir su lugar en el lenguaje, habitar la casa del lenguaje, la palabra. Rehace una y otra vez el lenguaje, lo destruye y lo vuelve a construir sobre sus ruinas. Estas ruinas son las ruinas del lenguaje, no las ruinas del tiempo, no lo que el tiempo arruina. Lo que el tiempo arruina está arruinado para el poeta moderno. Para el poeta que regresa, las ruinas del tiempo forman parte de su lugar habitable, no como palabra sino como imaginación.”4

Pero el poeta no existe en potencia sino en acto, es decir, que la cuestión planteada importa una serie de problemas a resolver en la práctica concreta de la escritura (la producción material de los poemas, su predisposición en frases) por el escritor y en la práctica concreta de la lectura (el conocimiento teórico de esta actividad: la guía del legible poemático) que el mismo escritor realiza sobre su escritura.
En esa coyuntura lo “sólido” en su transubstancial materialidad —aunque sea una anacronía para los posmodernos—, es mucho más medular que la líquida liquidez que liquida, o sea, que la estética del consumo donde “todo lo que nos rodea se hace volátil, precario… y hasta el mismo homo oeconomicus, consumista, es absorbido hasta el seso por las leyes del mercado”. Al poeta francés Charles Cros el capitalismo le pareció odioso porque producía “gente horrible”, pues el océano de dinero en algún momento de la historia lo cubriría todo…

La palabra muchas veces se encuentra presa de la economía, es una moneda de cambio; el poeta debe romper esa dependencia. En ese embate de una posición (sin lugar a duda, subalterna) contra otra, es posible observar que en primera instancia habría una lengua, un lenguaje pre-existente, instancia donde quien será hablante es incorporado al orden del discurso; ya que todo se encuentra instituido y reglado por determinado tipo de poder (o poderes). Desde la lección inaugural, el hombre que, con el tiempo se convierte por los medios de masas en unidimensional, se ubica en alguna de las múltiples tramas o, en todo caso, si demuestra servilismo habrá de ocupar cierta posición (controlada) en el panóptico. Entonces, circula por las celdas de control desde la más temprana infancia, pasa por los organismos escolares, desde ya, con la complicidad de la “familia” (que si se remite a su etimología, en latín famulus significa esclavo; famulia o familia, lingüísticamente sería un conjunto de esclavos —del estado, del mercado?), en consecuencia y según Pierre Bourdieu, gran parte de las elecciones intelectuales adultas estarán determinadas por aquel habitus primario.
Si se hace interactuar la idea de Bordelois, la de violentar lo establecido en lo real, puede modificarse el horizonte de expectativa, y debe ocurrir en registros más amplios que la misma ficción; pero sin una ofensiva —como la que propone la ensayista argentina— toda la tarea de aprendizaje, instrucción y competencia sucede —sucedió y sucederá— acorde a lo que ha dictaminado la autoridad. La preeminencia en el dominio de la “historia”, el “diccionario”, el “archivo”, la “currícula”, se comprueba dentro de los contenidos que valida, legitima, y profesa la hegemonía (circunstancial).
Una vez aprehendida esa base prescrita de datos y conceptos —“esa voz con la que nos construye el otro”—, que tiene su colación en el escenario de operaciones de la cultura —que Ángel Rama sintetizó con el nombre de “ciudad letrada”5­—, el “sujeto” formado tendría cierta competitividad en el campo en donde se dirime la utilización del discurso mismo. En el caso puntual sobre el que se especula, el del trabajo entre, sobre y con la palabra —escrita y oral—, que le compete al que se nombra como escritor y que, por lo tanto, ha decidido un destino existencial en el terreno de la literatura, es en donde se podrían adoptar posiciones discursivas afines al poder, transformándose en un intelectual orgánico que reproducirá el ejercicio, fundamentación y defensa de las premisas del poder; o todo lo contrario, se convierte en su opositor y construye sus ‘contradiscursos’ para minar esa potestad. Aunque ambos conforman la totalidad de los discursos posibles dentro de ese “bloque histórico”, en la extensión y duración de la episteme dominante.6 Por lo tanto, siguiendo la línea de pensa-miento de Bordelois, la tarea del poeta debería ser la de violentar el lenguaje, el núcleo sobre el cual se sostiene el “hablar establecido” del discurso, ampliar el registro de símbolos que refieren la historia oficial, lo instrumentado y servil del mercado, para dar otro resultado a los lectores, para abrir una opción diferente de pensamiento y sensibilidad estética.

Fernando Millán expresa en la conferencia “Campal, Boso, Castilejo. La escritura como idea y transgresión”,

“Centrándonos en el campo que hoy nos ocupa, vemos que desde el simbolismo, a finales del siglo XIX, la poesía había pasado a circunscribirse al universo del lenguaje. Mallarmé llegó a decir que ‘la poesía se hace con palabras, no con ideas...’, para destacar esa nueva visión. Las primeras vanguardias profundizaron y ampliaron este concepto, liberando los componentes del habla y de la escritura: las palabras en libertad, la poesía fonética, el collage dadaísta, etc., son las señales más destacadas de ese cambio sustancial. [...] Por un lado, el rechazo o puesta en cuestión de los elementos simbólicos imperantes en la escritura desde su aparición, y el replanteamiento de sus relaciones con ‘el poder’ y las distintas formas de trascendencia dominantes en las sociedades occidentales; por otro, la aceptación de mecanismos de azar objetivo, prácticas experimentales, etc., hasta convertir la escritura en un ‘territorio liberado’”.7

El poeta mariani reconoce el funcionamiento de los procesos de cooptación de la subjetividad, de qué modo esos dispositivos las capturan e inscriben en los mecanismos del poder; y utiliza cualquier soporte para poner en evidencia tal operación. Por eso en su exégesis se encuentra una contigüidad entre poesía y crítica, no las entiende como géneros de producción diferentes, sino que existe un diálogo, una contaminación, una mixtura y en ambos aplica las mismas herramientas transgresoras (por ejemplo la suplantación de la “y” griega por la “i” latina o la “ll” por la “y”), es decir tanto en la elaboración poética como en la crítica está presente esa revuelta lingüística. El síntoma de Bustriazo y Williams sólo sucede y se concreta en la elaboración del bien simbólico, porque tergiversan la lengua mandataria en el mismo proceso de escritura, aunque la blasfeman, siempre lo hacen dentro de las coordena-das de la constelación poética. En el caso de Ariel Williams la crítica también representa la arena de combate, es el lugar en donde interpela al campo político, al campo intelectual, a la literatura argentina; pero se observa una división clara entre los recursos semióticos utilizados en cada una de los bienes culturales. En cambio la potencialidad de Bustriazo se concentra y manifiesta nada más que en el texto poético.
Es interesante destacar la amplitud del objetivo de mariani, porque su trabajo se ejecuta bajo la jurisprudencia de la “conciencia-rigor”. Esto se verá refractado en cada una de sus interven-ciones y a través de distintos artefactos culturales, generalmente de factura artesanal, en donde se puede destacar la revista Damajuana. Poesía Aleatoria, que publicara durante su estadía en España,

“Antología Aleatoria (De La Poesía). ¿Por qué? Porque ‘pescamos’ los poemas de donde (i cómo) podemos. Sin prejuicios –o pre conceptos–, a menos que se consideren como tales buscar la calidad... i principalmente la creatividad, o la intención de crear o re-crear el ‘hecho poético’. ‘Pescamos’ de otras antologías, de las gavetas de los amigos o del libro que nos hiere nos fascina, el libro que tenemos, o que nos prestó-cedió-regaló mariángeles, o pepillo (según el gusto de cada uno), tras sudorosas sesiones de búsqueda; o que —distraídamente— se nos pegó en alguna librería (santas instituciones). Pescamos —lo confesamos con la debida constricción— sin poseer la parafernalia suficiente que ofrecen por la televisión! Perdón... Perdón! Pues apenas tenemos para el vino. Cuando tenemos. Justificaciones ‘ideológicas’? Por favor, señores (i señoritas) comisarios de ¡LA CULTURA! Por favor...!”.8

Para vencer a los comisarios de la cultura es necesaria una estrategia; y sólo la organización permite la disputa táctica de un espacio a ‘la cultura’ establecida, porque en ese reducto en que sucede el arte, junto a lo público y con el público, es donde ha impuesto sus “totaliza-ciones uniformantes” el sector dominante. En la conquista de un “territorio liberado” sería posible desarrollar la voluntad de escribir/inscribir/intervenir, y se hace a contrapelo de lo instaurado, construyendo una red simbólica visible y sólida en la cual se destaca una nueva concepción del arte (participativa y libre); en este caso, de la poesía, porque el poema (sea de montaje tradicional o emergente) siempre habrá de ser a nivel de “exploración”.
Afirma Padín:

“Lo que realmente cambia es la forma de la expresión como consecuencia de la aplicación de nuevos procedimientos o soportes lo que provoca alteraciones cruciales en los códigos de emisión y recepción del poema”.

Debido a la experiencia profunda exigida por Rilke y que solicita la búsqueda de aquello inefable, la palabra (sea texto / sea imagen) mesiánica (en clave benjaminiana) trasciende a la descripción que se hacía de la batalla cultural y sus implicancias. Muchos autores tienen otro circuito, más privado, y están ocupados en su propio arte, en la consecuencia del oficio como orfebres de la palabra. Entonces emerge una prosapia que marca a la misma práctica de la escritura, y este tipo de escritor —ni mejor ni peor, ni más ni menos comprometido que los demás— procurará en la consecución de su propia poética inventarse una lengua en el cuerpo de esa otra “lengua apropiada y heredada” a la que ya pertenece su grafía.
“Todo grafema es de esencia testamentaria” ha dicho Derrida; en ese decurso el poeta es parte y contraparte de una tradición poética que lo ha contaminado con sus sedimentos y conforma-ciones primarias, y representa una instancia que le permite colocarse ­—acorde la demanda, según la implosión neurótica— del otro lado de lo aprehendido.
En consecuencia, la fuente original (texto/imagen) de la que manó la necesidad expresiva es rota, abolida, es re-creada, fundada y confundida en una nueva clasificación sintáctica y semántica, dando nacimiento —inscripta en su textualidad como su ruina y al mismo tiempo como su principio— al “espacio propio” en donde se mezclan y yuxtaponen las escrituras de todos los tiempos, a modo de palimpsesto, ese territorio ‘depredable’ que pertenece y sostiene a toda experimentación que, mediante la expresión, realiza su experiencia estética y vital.
En este sentido Gilles Deleuze refiere:

“Las obras maestras de la literatura forman siempre una suerte de lengua extranjera en la lengua en la que fueron escritas, ¿qué aire de locura, qué soplo psicótico, atraviesa de tal modo el lenguaje?
Un gran escritor es siempre como un extranjero en la lengua en que se expresa, aun si es su lengua natal. En el límite, toma sus fuerzas de una muda minoría desconocida, que no le pertenece sino a él. Es un extranjero en su propia lengua: no mezcla otra lengua con su lengua, labra en su lengua una lengua extranjera no preexistente. Hace gritar, hace tartamudear, balbucear, susurrar la lengua en sí misma”.9

En el tramado formal de la segunda etapa de la obra de Bustriazo Ortiz está presente la ruptura, porque atrapa y libera en múltiples y simultáneas texturas su emergente exploración poética, superponiendo y mezclando lo semántico, lo sonoro, lo simbólico. En esa labor rastrea, recupera, refunde y valoriza el vocabulario regional en el que confluyen vertientes indígenas y criollas, invictas raíces castizas de nuestra habla paisana, neologismos y creaciones tan propias e inconfundibles del poeta. Experiencia en la que logra amalgamar en su poesía parte del lenguaje heredado de los pueblos originarios y la lengua hispánica. Incluso cuando la lengua legitimada no le alcanzó para decir, para nombrar, la fue acrecentando con un ideolecto inimitable.
En su segundo libro, Lomasombra, Ariel Williams rinde tributo a César Vallejo; elige, de las tendencias existentes en la América morena, la voz de un experimentador y un forjador de lenguajes emergentes. El poeta patagónico utiliza y se apropia de los recursos de ese maestro para abrir y cavar su propio resquicio de experimentación; iniciada la tarea, necesita hundirse profundamente en las canteras del verbo, y no sólo convierte a su obra en polifónica, sino que necesita hacerlo políglota a su estilo; un cruce de voces que constituyen la “voz” de Williams que implosiona en Conurbano Sur. Quizá uno de los desafíos que acrecienta esas múltiples expresiones —que se cuelan y deslizan por sus textos— convengan o respondan a la coyun-tura de un territorio contado y simbolizado desde su fundación por los viajeros y los conquis-tadores. Historia oficial que en un principio deja de lado, casi al margen, la lengua de los autóctonos como texto de cultura. Pero esa deuda la han de pagar otros, la recuperación la harán otros poetas; en cambio Williams asienta su trabajo de deconstrucción sobre las lenguas de raíces occidentales.
El poeta Ricardo Costa resume con perspicacia los puntos salientes de la poesía de Ariel Williams y señala: “sustentada por la estructura de un discurso cuyo registro rompe con fundamentales convencionalismos lingüísticos. En esta obra abundan interesantes aliteraciones gramaticales”.10
En consecuencia “el texto puede, si lo desea, atacar las estructuras canónicas de la lengua misma: el léxico (exuberantes neologismos, palabras-multiplicadoras, transliteraciones), la sintaxis (no más célula lógica ni frase). Se trata, por transmutación (y no solamente por transformación), de hacer aparecer un nuevo estado filosofal de la materia del lenguaje; este estado insólito, este metal incandescente fuera del origen y de la comunicación es entonces parte del lenguaje…”11, es un lenguaje excéntrico, doblado, ironizado.

Bajo esta concepción del trabajo poético, en la desviación o deconstrucción de la norma auspiciada por la institución, se manifiestan las obras de Williams, Bustriazo Ortiz y mariani. Sobran los ejemplos de experiencias anteriores a la producción de los poetas nombrados, resaltando en esa línea los estallidos que han representado los proyectos literarios de Joyce y Eliot, o en Latinoamérica, Vallejo, Huidobro, Girondo, Sarduy, Osvaldo Lamborghini, Perlongher, Ana Cristina Cesar, Susana Thénon. Dentro del marco de la poesía discursiva tradicional, ellos mismos la transgredieron con sus textos, aunque ahora pertenezcan al canon luego de su revisión y absorción, y además se antepone —no a los poetas, sino a la implantación de las reglas estéticas que regulan el sistema literario— la irrupción de una forma de pensar, realizar y divulgar el arte.12
Junto a dichos procesos, más los que se hallan en marcha proporcionando innovaciones constantes al modo de crear y leer poesía, Padín explica que:

“La poesía latinoamericana vive su cambio de paradigma cuando abandona la palabra como único y exclusivo medio de expresión e ingresa en un complejo de significación en el que alternan signos de otros lenguajes. La bisagra que articula el cambio entre la poesía concreta (1956) que, al abolir el verso debe centrarse en la palabra y las corrien-tes poéticas posteriores, es el poema semiótico”.13

Aprovechando los minuciosos estudios que realizara el crítico Walter Benjamin sobre esta serie de procesos y modificaciones en el lenguaje, la escritura y la técnica, es interesante reponer y articular con el parágrafo anterior las líneas siguientes:

“Ahora, todo parece indicar que el libro, en esa forma heredada de la tradición, se encamina hacia su fin. Mallarmé, que desde la cristalina concepción de su obra, sin duda tradicionalista vio la verdadera imagen de lo que se avecinaba, utilizó por vez primera en el Coup de dés las tensiones gráficas de la publicidad, aplicándolas a la disposición tipográfica”.14

En ese sentido Benjamin se anticipa y anuncia la aparición de un nuevo tipo de escritura no fonética, la denomina pictórica y que debe entrelazarse con la técnica,

“En esta escritura pictográfica, los poetas, que como en los tiempos más remotos serán en primer término y sobre todo expertos en escritura, sólo podrán colaborar si hacen suyos los ámbitos en los que (sin darse demasiada importancia) se lleva a cabo la construcción de esa escritura: los del diagrama estadístico y técnico”.15

He ahí algunas de las características que formarían parte de la tendencia de la “nueva poesía”, índice diferenciador de la poesía tradicional. Pero contrastando con los poemas de los poetas que seleccionamos, éstos podrían formar parte de ese catálogo; pero no encajan frente al acto político y cultural que esgrime la formación neovanguardista americana. Esta posición resalta la preeminencia de la nueva palabra/imagen, anteponiendo que difiere sustancialmente a la de formato tradicional o verbal, porque “la palabra deja de ser el eje excluyente de la expresión poética” y, además, hace hincapié en el replanteamiento de sus relaciones con ‘el poder’ y las distintas formas de trascendencia dominantes en las sociedades occidentales. Sin embargo, resistencia cultural y sociopolítica mediante, también la poesía experimental debe recurrir al discurso que enfrenta para explicar su funcionamiento; por más que disienta en lo formal y lo instrumental necesita de la escritura para divulgar y sostener su postura y su obra. En fin, también integra, junto a la poesía tradicional, aquel sustrato de los primeros trazos en las paredes prehistóricas.
La cruzada de la renovadora poesía semiótica, de alguna manera, con su planteamiento contradiscursivo clausura el diálogo entre las diferentes formas de manifestación artística que no se corresponde con su proyecto emancipatorio, repitiendo, sin querer, las políticas de vigilancia y control del poder denunciado.
La magíster Ximena Picallo explica: “piensa uno, si en realidad es imposible escapar al texto, al propio, al cultural, al social, al moral. Cómo pensar (se) fuera del lenguaje? Qué ‘real’ habitamos sin la huella de la letra que nos dibuja toda una existencia?”. Entonces evocando el “poder” (otro poder ajeno a la voluntad de dominio) taxativo que posee la palabra/imagen (con sus polisemias, analogías, metáforas, soportes y espacios), hay que reconocer y revalorizar en todos sus matices, formatos y sin enmascaramiento alguno, como coadyuva el lenguaje, y el martillar sobre él, encarnado en el ser y en lo real, para ampliar las posibilidades de conocimiento que, en definitiva, sucede hacia y desde el interior del hombre: el mismo hombre que produce e indaga a través y dentro de la representación de la obra de arte los idénticos interrogantes desde hace milenios.
En ese sentido, intenta este trabajo remarcar el espacio central que le corresponde al lenguaje que, después, en sus diferentes aplicaciones en el estadio estético y bajo la impronta de sus tendencias constructivas primará o se excluirá a la palabra o a la imagen, para lograr concretar sus objetivos.
Giorgio Agamben, hilando algunas ideas de Michel Foucault, dice

“la escritura —toda escritura [...] es un dispositivo, y la historia de los hombres no es quizá otra cosa que el incesante cuerpo a cuerpo con los dispositivos que ellos mismos han producido: antes que ninguno, el lenguaje”.16

El escritor se halla inmerso en esas circunstancias, donde el lenguaje, en algunos casos particulares, se convierte en elemento de goce, en otros de castigo; a veces, la palabra seduce y ampara, otras, condena. Incluso ese lenguaje muta, se ramifica y co-existe a la par de la violencia semiótica urbana, en donde los ciudadanos viven en un mundo conflictivo de vínculos sociales en desintegración, como dice Slajov Žižek.
El artista posibilitado de la utilización del lenguaje —cuya manifestación es la sumatoria y la selección de códigos simbólicos— constituye, pues, en su devenir, búsqueda y clasificación, la renuente inscripción corporal, la incorporación de múltiples voces y su transgresión; conectando, religando, en ese proceso intuitivo, instintivo y técnico el sustrato cuasi natural en la que predomina, al decir de Arthur Rimbaud, la nueva pero antigua harmonía.
Por lo tanto, a pesar de todo, la “creación” de poesía en todas sus variaciones posibles (experimental o discursiva, por eso en cada decantación cultual no debe haber clausuras sino aperturas) no se vuelve una tarea imposible, una práctica que es condenada al olvido por otros consumos, restringiéndola a un disfrute únicamente de iniciados. Siempre y de alguna manera la poesía está resguardada en los intersticios de la comunidad, en la periferia (aunque a veces se la institucionalice), en un margen que nunca termina de descartarse porque con fuerza inusitada, subterránea, se coloca de pie —en pose vanguardista, en actitud revolucionaria—, ya que su razón de ser y de hacer, más allá de la pobre performance a la que nos ha amoldado y acostumbrado “la sociedad del espectáculo”, es desafiar y cambiar “el modelo programático del saber y del sentir” que fuera instaurado, en estas épocas decadentes, por el ciego y egoísta poder mercantilista de turno.


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-----------------------(2005): Conurbano sur, Editorial Limón, Neuquén-Buenos Aires.
-----------------------(2008): Los fronterantes, El Suri Porfiado Ediciones, Buenos Aires.

Juan Carlos Bustriazo Ortiz17

“brama”

chilaa chilaa chilaa chilaa
chilaa chilaa chilaa chilaa
chilaa chilaa chilaa chilaa chilaa chilaa
chilaa chilaááá


“pasa antonio esteban agüero”

ay la bumbuna blanca ay la
bumbuna negra ay la bumbuna blanca
ay la bumbuna
negra
ay la bumbuna ay la bumbuna negra
blanca!

(T. madrugada del 4)

para mario altamirano y américo álvarez

de Los decimientos, 1972-73, inédito


“Quincuagésima Palabra”

cómo vendrás jacinta de jacinta
turquesa tur quetur cutral turquilla
qutrala tor ter tir tar de turquita
cómo jacín jacíntona torquina
turquiza quar torcaza torcamilla
hostia de mar hostia de amor florida
ostrea con sol ostrea con sal pepita
de agua de abril de luna de pan de india
pepa de plata de oro papa umbría
del monte cin jacica caciquija
tan turritella gema manalita
toda sin tul tulí tulipancimpa
cómo serás jacinta en miel de cría
vendrás venir tirás querás encinta!

(dante,
y
cabrales.)

de Libro del Ghenpín, 1977, Cámara de Diputados de la Provincia de La Pampa, Santa Rosa, 2004


mariani18

“LA POESÍA?”

—a ornette coleman—

una colección de signos
a veces indescifrables

signos
bombardeando sobre los pantanos de la reiteración
i el asco

’73


“DISCURSO POP PARA PRESENTAR MI CANDIDATURA”

—a frank zappa—

compañeros!
cremayeras desesperanzadas
saltarines locos alegre muchachada
morenos melancólico-depresivos
para todos i cada uno
habrá flujos deliciosos
violación de orígenes
perversión entre las sombras

salud!, bienvenidos a “la realidad”

quedan todos invitados
ha estayado la flor
pronto estarán ustedes muertos cercenados
reventó la flor ha estayado entre mis piernas
cuatro tiros en el hígado
hedor
esquirlas en el comedor místico
orejas
agujeros i agujas!, mierda
aviesos moscardones que me han chupado
ahora huyen

hedor!
dedos que me inspiran desconfianza suma
cuelgan
penden
bajan por las escalinatas ruedan
tripas sobre el lecho nupcial
semen no
i el humo terminará por fumárselo todo
pero como las circunstancias se han tornado adversas queremos la paz, sí
i queremos a mi mamá e incluso les otorgaremos aumentos, AUUMENTOS
i pensiones a la estupidez i calditos i daremos la papa puré

(permiso, yaman a la puerta)
NO ATIENDAS!
puede ser la fantasía
pero si es la querida señora de al lado la vecina!
de visita sólo quiere estrangularte
denunciarte acuchiyarte
nada más amasijarte
para arroz con leche
para ir a jugar

prepararse para RATAPLÁN! para CRAC RATATATÁ BOM SOCK
ZAP televisarse videotizarse numerarse por la derecha… MARCH!
para que la patria gradecida BOING

paga tus impuestos CRASH
cuidado al cruzar la caye PLIN

de pie niños! PAF
no sea que tal vez atention OJO paso a nivel ZAP o curva ZUM
súbitamente…
así pues
VOTENME!

'72-'98

de Diez centavos de ira i otros etcéteras. Antología poética inédita



Ariel Williams19

La Verda del Perros

“I”
¡Señora Hundidora,
no me dejéi entre los perro!
Decil-le que eis cemelterio
de animale ladrido,
d´ unos muchacho peludoss
cuatro pata-pata-pata-pata
cola dientes.
Pálida Señora Hundidora,
non me visité tampoco,
tu presencia tan fría en un suenio:
éste era el amargo, de la malinconía
et todas sus señoras grises
que vienen tomar té en otoño.
Era éste, el decúbito de la pensadera,
la historia secreta de los orines
dentrol decir.


“V”

Hay come-hombre en algún lugar
del espesura del dream.
Hay quiene sueñas ser comido
y no lencontrá lugare scondido
ande seal núcleo de los diente.
Muerde-muerde en la dolorida.
Diente y estómago blanco.

Hay uno que murió de mala suerte,
éste o aquél soñabas tanto con selvas,
que dentre árbol-árbol le salió el guión
de la morida,
y netoce lo vinieron ver algunos come-honvre
y le dijeron ñam.
Fue áhi que al devorao lo llamaron Glup
y lo santificaron pa que viniera de recuerdo y rezo
en los día de morfi:
los día de sanglú.

de Conurbano sur, Editorial Limón, Neuquén-Buenos Aires, 2005

miércoles, 2 de septiembre de 2009

La palabra que sana- Rosabetty Muñoz



Conferencia de Rosabetty Muñoz en Esquel Literario 2009

La palabra que sana
Rosabetty Muñoz


Se ha expresado de muchas formas el mismo convencimiento de que “El mundo está hecho a la mala” (frase de Sergio mansilla) y un artista es quien ha tenido la experiencia temprana de sufrir esta dolorosa lucidez. Sí, el mundo está hecho a la mala y el escritor es básicamente un insatisfecho que vuelve una y otra vez sobre esa herida fundamental. La palabra es, en este sentido, un bálsamo y también un bisturí que aparta las protecciones carnosas para mantener a la vista toda la dimensión de la materia enferma, de la llaga y su extensión.
El escritor vive en una realidad mezquina con un hambre de absoluto que define su inconformismo. No le es posible establecer un espacio amable de encuentro entre los límites de lo concreto y su sospecha de un mundo otro que se le ha escamoteado. Mientras más se asoma a los destellos de lo maravilloso que se dejan entrever en algunos momentos de percepción que no siempre puede controlar, más le parece que el mundo es estrecho y miserable. El escritor dedica sus esfuerzos obsesivamente a internarse en la materia viva de ese tejido enfermo que es la insatisfacción armado con la precariedad de la palabra. Y logra, a veces, acercarse a un espacio donde los sueños calzan como las piezas de un trazado original y pleno.
Si la precariedad, el desamparo, la muerte acechando son los puntales de nuestro escenario creativo, entonces, no se justifica victimizarnos por la marginación en que ejercemos el oficio. Lo decía Rainer María Rilke en su Carta a un joven poeta “tome usted sobre sí esa suerte y llévela, con su pesadumbre y su grandeza, sin preguntar jamás por la recompensa que pudiera llegar de fuera pues el creador tiene que ser un mundo para sí y hallar todo en sí y en la naturaleza a la que se ha incorporado”. Si se elige vivir este destino de vigilia permanente ha de ser con entereza, sin nostalgias, sin la perturbación de lo exterior.
Escribir acá, en el sur es apenas una seña más de identidad y tal vez sea incluso una ventaja puesto que tenemos el salvaje espacio natural y despiadado para recordarnos cómo se nos arrojó desde el principio a una vida áspera pero bella. Y tenemos también el tiempo o la ilusión del tiempo para notar las imperceptibles huellas que va dejando su transcurrir. Uno puede aquí usar el ojo (en representación de todos los sentidos) como lente de microscopio para examinar, ver, una sección del tejido en descomposición y dedicarse a su análisis; declarar, recrear, denunciar el estado de la lesión. Reparar incluso ¿por qué no? Las palabras han sido sanación también para algunas sabias comunidades.
Porque la palabra tiene un poder temible: designa, señala, hace visible cuestiones propias de la nebulosa; inaugura, hace que ocurran hechos. A algunos nos criaron en el temor de la palabra, en lo ilimitado de su alcance; en lo delicado de su uso porque a la larga cada sonido escapado de la boca regresa para devolver la fuerza con que fue expulsado. Nos repetían de niños -ese tiempo en que todo se graba- que duele más una palabra y abre canales más profundos que la triste hoja de un cuchillo en la carne.
Cuando, en lo más desesperado del ejercicio literario, se presiente que escribir poesía no tiene sentido, vuelvo a recordar las palabras de los antiguos que sanaban con ellas o condenaban; espantaban males y demonios o exaltaban héroes para modelo de los rezagados. Es cierto que nuestro tiempo expulsa sin pudor a la poesía fuera de la fiesta , también es cierto que los propios escritores suelen vivir la angustia de su pasión aparentemente absurda en una sociedad que desprecia cualquier elemento desestabilizador en su doctrina del embotamiento por el placer, sin embargo, el gesto de escribir es una marca de existencia que pulsa persistente.

Cuando se habla del oficio del escritor, me asalta de inmediato la imagen del imbunche, ese ser contrahecho que comienza siendo un niño al que los brujos raspan el bautismo, es decir, lo arrancan de la comunidad bendita, lo alejan de los llamados a la salvación. A los tres meses de vida le parten la lengua en dos para que no revele sus secretos, sufre después malformaciones y torturas que terminan convirtiéndolo en una mezcla de humano y animal que sólo gime o grita. Pero es siempre un peligro para los brujos porque él ha visto, sabe.

El poeta, como el imbunche, da cuenta de lo desesperado de la existencia y establece que su principio básico es ver y sentir. Está condenado a luchar con la palabra que permanentemente puja por salir.

"Un artista es una criatura impulsada por demonios" dice William Faulkner "no sabe por qué ellos la escogen", continúa pero "tiene ese sueño y ese sueño lo angustia tanto que debe librarse de él". Tal vez yo no lo llamaría sueño, quizás cómo se llama lo que deviene de la materia descompuesta, pero hay un movimiento interno en las profundidades del que escribe que va tomando forma y se derrama ante otros como un impulso vital. La poesía es ante todo vida, por más que la muerte la ronde como pájaro feroz.

Los poetas somos seres frágiles y nuestra materia de trabajo tremendamente exigente; mientras tengamos la convicción de que nuestro único punto de comparación es con nosotros mismos; mientras seamos fieles al principio de escribir bien y seguir haciéndolo a costa de todo; mientras permanezcamos alertas a la realidad sin negociar con el bienestar... entonces los resultados, los galardones, los honores, no nos hará mella sino, al contrario, podremos tomarlos como un reconocimiento que nos une al cúmulo de otros que conviven en la palabra nuestra.

Insisto en que, a pesar de todo, la poesía es vida. Para cuando los perros del mal andan sueltos allá afuera, y la duda nos hace balbucear, este río de voces que somos va dejando un sedimento, caudal de reserva para mejores días. Invito, para terminar estas breves reflexiones, a todos los compañeros en la escritura a decir, con Cyril Connolly "Nuestra duda es nuestra pasión y nuestra pasión es nuestra tarea".

sábado, 29 de agosto de 2009

Textos e ideologías: placer, goce y otras cuestiones no menores

Texto de placer: el que contenta, colma, da euforia; proviene de la cultura, no rompe con ella y está ligado a una práctica confortable de la lectura.

Texto de goce: el que pone en estado de pérdida, desacomoda (tal vez incluso hasta una forma de aburrimiento), hace vacilar los fundamentos históricos, culturales, psicológicos del lector, la congruencia de sus gustos, de sus valores y de sus recuerdos, pone en crisis su relación con el lenguaje.

Aquel que mantiene los dos textos en su campo y en su mano las riendas del placer y del goce es un sujeto anacrónico, pues participa al mismo tiempo y contradictoriamente en el hedonismo profundo de toda cultura (que penetra en él apaciblemente bajo la forma de un arte de vivir del que forman parte los libros antiguos) y en la destrucción de esa cultura: goza simultáneamente de la consistencia de su yo (es su placer) y de la búsqueda de su pérdida (es su goce). Es un sujeto dos veces escindido, dos veces perverso.


Fragmento del libro el placer del texto de Roland Barthes

Hablamos de los efectos de lectura, por supuesto, hablamos de ideología y de los supuestos que dan vuelta alrededor de la ideología, o, para mejor decirlo, de las ideologías. Hablamos también de la hipocresia y de la complacencia que permite esa hipocresía, y de una salud mental, que desmonte el doble discurso esquizofrénico...y de cómo, los docentes podemos enseñar a los estudiantes las técnicas con que esos dobles discursos se construyen y des-construyen: eso, y sólo eso ya justificaría la enseñanza de la lengua y la literatura en las escuela. Con esto digo y sostengo que tenemos la obligación moral de no ser complacientes, de proponerles textos que provoquen, que molesten, que incomoden, y que atrapen lo suficiente la atención del estudiante, de manera tal que "necesite" combatirlo, discutir con el texto y con el autor, para llegar a ser un lector autónomo e independiente...pienso, en una de mis tantas digresiones, en el efecto que provocaba ( y provoca) las obras de Samuel Beckett, efecto que pude comprobar cuando cursaba una materia de cuarto año de la Universidad, y llegabamos a última hora de la tarde/noche, de un día jueves, cuando el Jefe de Trabajos Prácticos de Teoría y Práctica Discursiva nos proyecta "Esperando a Godot", abundaron los bostezos, las cabezas apoyadas en los brazos, algún que otro ronquido motivado por la semipenumbra del aula, fin y risas. Luego la reflexión, el absurdo, la vacuidad que Beckett nos quiere reflejar, esa angustia existencial desacomoda, incomoda, provoca, nos resulta insoportable porque casi todos los "falsos dioses" de nuestra cultura rezan el credo de la diversión, del escapismo, del no pensar en nada...y no angustiarse, no sentir, anestesiarse.
Ayer, justo, ayer, un estudiante me decía que estaban leyendo un libro con su profesora que lo aburría, mucho -no me engancha, no me enganchó en ningún momento, la trama no me atrae- me decía. Yo le contesté que se lo planteé a la directora del Establecimiento.
-Mirá, a una profesora amiga mía, Patricia Vega del Polimodal N° 25 de Río Gallegos le pasó, que un pequeño grupo de alumnos se quejó por el texto con que estaban trabajando en la materia Análisis del Discurso , llamado "Hasta quitarle Panamá a los yanquis" de Washington Cucurto, por causarles "incomodidad", digo, en última instancia, el aburrimiento también es una "incomodidad", o sea, que sentado el precedente, vos podrías pedir que te den a leer otro texto no?- le conté a mi alumno.
Me quedé pensando qué le responderían a mi estudiante si llevara a su rectora tal planteo, y a ustedes también se los pregunto, le prestarían atención?
Yo creo que no, pero en este caso, con esta profesora, con este autor, con este texto, sí les dieron cauce al pedido de los alumnos.
Estatutos de lectura, presupuestos, textos legibles o ilegibles, acuerdos de comunidad lectora (esto es literatura, esto no) de eso se trata: ideología explícita e implícita, en una provincia donde el silencio es salud, donde la "censura no existe", donde la crítica, menos...

Claudia Elisabet Sastre, 29 de agosto de 2009, Puerto San Julián

(pueden leer la nota de la profesora Patricia Vega en el vínculo que figura en esta página, de su blog Esto aumenta pero no mejora)

miércoles, 26 de agosto de 2009

Un búsqueda: intertextualidad, realidad, ficción y relatos


Intertextualidad, realidad, ficción y relatos varios entrecuzados en nuestro trópico frío:
El mantenerse en cierto rango de visibilidad genera que a mi correo me lleguen mensajes varios (en general, puteadas, manifestaciones de odio anónimas y otras delicias) pero de vez en cuando, llegan cartas como la que me mandó Yanet Arismendi-buscando unos datos familiares- y es allí donde uno se da cuenta del vínculo preciso (y precioso) que la literatura tiene con la vida; que algunos olvidan, o pretenden ignorar.
El crítico literario (y el investigador en historia) tienen algo detectivesco, siguen pistas, leen indicios, relacionan datos que otros considerarían improbables, y también se ayudan mutuamente...eso hice con la carta de Yanet, se la remití a Mingo Gutierrez, administrador del excelente blog Mensajero del Río (que les recomiendo visitar) , y con una pasmosa velocidad, Mingo me respondió, bueno, el resultado de esta búsqueda es lo que quería compartir con ustedes, una búsqueda que está a mitad de camino entre lo literario y lo no-literario.


Claudia Sastre- Puerto San Julián- 26 de agosto de 2009

Días atrás nuestra lectora Macadamia nos dejó constancia de una búsqueda.
Es la sostenida por Yanet Arismendi, quien anda tras la identidad de sus bisabuelos:
Y para eso suscribió una carta que expresa textualmente: “Estimada Claudia, hoy en la mañana y por pura casualidad entre a la pagina de Libros de Arena, he venido buscando información sobre mis bis-abuelos hace mucho tiempo sin tener un mayor resultado. Mira la familia por parte de mi mamá, fueron todos inmigrantes llegados de Europa, sabemos sus apellidos, pero no de donde vinieron exactamente”.
“Ahora lo que a mi más me interesa es saber como y cuando llego mi bis-abuelo a la Argentina, por donde entró y si las hijas eran argentinas o chilenas, ahora te cuento: Lo que yo se es que el abuelo era francés apellido Sain Martín o Maateen, al llegar a la Argentina castellanizaron su apellido a San Martín, el llegó con su esposa Catalina Bernardi y dos de sus hijas, otra nació creo en la Argentina, sus nombres eran Leonor, Paulina y Teresa. Ellos se dirigieron al Sur del país en una goleta, tampoco se el nombre todo esto tiene que haber ocurrido entre los años 1880 aprox. y llegaron a la Isla Tierra del Fuego, donde el trabajo de buscador de oro, ganadero etc. etc. Luego el gobierno lo habría contratado para delimitar Chile y Argentina en Tierra del Fuego donde fue muerto por un indio llamado Capelo. Estas informaciones yo las he obtenido por medio de los libros escritos por sacerdotes y que han quedado para la Historia”
Tal vez Yanet ya se haya encontrado entonces con el capítulo aquel de su serie En la isla del fuego, donde el padre Juan Esteban Belza, al ocuparse de Capello –el denominado Ona guerrillero- donde toma de los escritos de Beauvoir lo que se identifica como una

"Horrorosa tragedia".

El 14 de agosto llegaron a la misión varios individuos, unos empleados del gobierno argentino y otros dedicados a buscar oro.
Entre ellos viajaba Jacobo Saint Martín, capataz de la comisión de límites que residía en Arroyo Alfa.
Había sido agrónomo de la gobernación, durante el primer años del gobierno de Paz, luego había tentado labores de exploración y explotación minera y en el 87 apareció entre los náufragos del Magallanes (acontecimiento ocurrido en Puerto Deseado). Lo acompañaban cinco hombres, caballos, mulas y víveres. Las manifestaciones de Beauvoir sobre esta persona resultan contradictorias: en una nota califica a Saint Martín de homicida y en otra la moteja de “demasiado confiado en los indios”.
“Durante algunos días –prosigue el primer director de La Candelaria- se sirvieron de nuestra hospitalidad, dirigiéndose después hacia el SE, diciendo que iban al cabo Peñas. Nada habíamos sabido de su viaje cuando el 5 de septiembre llegaron a la misión tres de ellos jadeantes y con los vestidos hecho jirones. Apenas me vio su jefe empezó a gritar -¡Ayúdanos, padre!. Los indios han matado a San Martín y a otros dos, debiendo nosotros a la fuga nuestra salvación”.
“Cuándo se hubo tranquilizado me narró que en la madrugada precedente mientras estaban bebiendo mate, oyó un ¡ay! Sofocado y mirando alrededor suyo vio al un indio llamado Capelo que ayudado de varios otros cogieron a Saint Martín y a otros dos cosiéndolos a puñaladas”
“Les pregunté que pensaban hacer y me contestaron –Si nos dan cuatro a cinco hombres, caballos fusiles y provisiones volveremos para vengarnos. Como es de suponer no pude satisfacerles. Sin embargo les presté dos caballos para que pudieran dirigirse a San Sebastián y mandé a acompañarles a uno de los nuestros con una carta urgente para el comisario de dicho pueblo y otra para el encargado del Páramo, y al cabo de 8 días vimos llegar al sustituto del Comisario con dos soldados y seis voluntarios, todos bien armados”.
“Yo me negué a acompañarlos en esa expedición contra los indios, pues de otro modo me hubiera enajenado la voluntad de los que teníamos en casa. Estaba además convencido que sólo encontrarían las huellas y algunas cenizas que indicaron el lugar del campamento, como así fue en verdad. Llegados al lugar de la ocurrencia, tomaron nota de lo que encontraron, y después de cuatro días volvieron a la misión donde permanecieron dos días más, dejándonos de menos al marcharse un saco de galletas, algunos quintales de carne y un barril de vino, llevándose además un caballo que les prestamos”.
Esta referencia es sintética de los escrita por Beauvoir, en su Diario inédito, comprometiéndonos a una relación más textual en otras entregas de este blog, el Diario titula expresamente como ASESINIO DE JACOB SAN MARTIN Y TRES COMPAÑEROS SUYOS EN CABO SAN PABLO (Septiembre de 1894).
No es que pretendamos poner suspenso sobre este tema. Simplemente que nuestra capacidad de tipeo, y la de contenerlo en cada entrega tiene ciertos límite.

Una carta alusiva

Es la que sirvió para dar noticias de la resolución del caso Capelo. Cuando este muera a manos de Ramón Cortéz, Pepe Navarino, dirá:”Fueron encontrados un Winchester y un cinto con veintitantos tiros; una escopeta de dos caños en perfecto estado, varios cuchillos de punta, algunos flamantes, un número de arcos y flechas, un par gemelos, una cartera con un vocabulario ona, apuntes y medio billete de 10 pesos, un perro galgo, etc, etc, la mayoría de cuyos objetos fueron reconocidos por el Sr. Cortez y el Sr. Ponce como pertenecientes a San Martín y sus dos compañeros que fueron asesinados por estos indios y después echados sobre una hoguera”.


Para continuar la búsqueda.

No se que tan lejos está Yanet de Buenos Aires, allí podría visitar el HOTEL DE INMIGRANTES y tratar de encontrar mayores referencias sobre la llegada del bisabuelo.
La base de datos mediante la cual usted podrá conocer en qué fecha, barco y con cuál oficio llegó su antepasado al país, se ha elaborado por el Centro de Estudios Migratorios Latinoamericanos, con el material histórico que se conserva en la Dirección Nacional de Migraciones..
El Dr Mihovilovich, de Punta Arenas, trabajó en ese sentido con la comunidad croata, y registró datos de mis abuelos llegados en la última década del siglo XIX.