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jueves, 25 de junio de 2009

Respuesta de la profesora Patricia Vega, integrante de SUREARTE, ante los dichos de Ana Em Medina, de SADESC

Lamentablemente ingreso de nuevo al blog para continuar con el debate, pero veo que ha quedado trunco por una serie de comentarios que –realmente dudo- aporten algo a esta construcción.

La Sra. Medina me merece todo el respeto que puedo tener hacia alguien a quien no conozco personalmente, a pesar de que he leído parte de su vastísima producción literaria publicada y tengo mi opinión formada al respecto. Sin embargo, ha incurrido en el desliz de involucrar a la agrupación a la que pertenezco en situaciones oscuras que, además de perpetrar claras digresiones respecto del tema central, empañan el clima de respeto que suponen las máximas para y en estos contextos.

En principio quiero aclarar que no voy a hablar en nombre de la agrupación básicamente por ese mismo respeto al que me refería y que, considero, debe primar en cualquier instancia que convoque a personas reunidas por un fin común, loable o no (supongo que el tiempo lo juzgará); oportunamente y siguiendo los tiempos y mecanismos estipulados, Surearte decidirá de qué manera encarar estas acusaciones. Poco me importa, sinceramente, qué conflictos internos tuvo SADESC desde su creación; si alguien dejó de cumplir, o hizo manejos poco claros con el dinero. De todos modos, este volver cenagoso el ámbito de reflexión no me resulta en absoluto desconocido; es típico de quienes no pueden mantener el nivel de discusión vaya a saber uno debido a qué motivos.

No es cierto que SADESC haya apoyado siempre a “todos los grupos”. Cuando, como docente, recurrí a la Comisión Directiva hace un par de años atrás, buscando información y presencia de escritores locales para trabajar de manera seria y responsable el tema literario en el aula, fue rotundo el desinterés por parte de la Sociedad, representada en aquel momento por su presidente, el Sr. Leidet. Es cierto que, como la mayoría de mis colegas, yo podría haberme sentado a esperar que esta entidad difundiera de manera real, sostenida y generalizada toda la información que fuera posible, y en el caso de que no lo hiciere, despotricar como ahora lo hace esta señora respecto de Surearte y de algunos de sus miembros en particular. Sin embargo, como interesada, me acerqué a la Comisión para poder entregar a mis alumnos un panorama más amplio que el de mis propias consideraciones. El resultado, ya mencionado, no varió a lo largo de estos años, a excepción de veinte folletos con un catálogo de autores que los señores Echeverría y Petroff (a quienes no conocía antes) me entregaron con el aviso “Están desactualizados, pero algo es algo”. La siguiente noticia que tuve de SADESC fue la artera “intervención” (aseguro que no es éste el término que quisiera utilizar) que con nuestros invitados tuvieron. No voy a explayarme al respecto porque considero que no corresponde en este ámbito; los directamente involucrados deberán responder formalmente ante la Comisión Directiva de Surearte y eventualmente dar las explicaciones necesarias.

Quisiera también comentarle a la Sra. Medina que en nuestra ciudad los blogs acudieron para suplir un vacío generado desde las mismas instancias oficiales de la cultura, incluida SADESC. La democratización en la circulación de la información que permite el blog como espacio virtual no puede siquiera compararse con la no-acción de esta entidad; me consta -porque lo padecí personalmente- que muchos eventos no tuvieron una convocatoria general por diferencias ideológicas y de valoraciones estéticas entre el posible público y los escritores nucleados en la Sociedad. Al margen de esta situación, gravísima per se, también puedo dar fe de que la comunicación a docentes, alumnos y demás integrantes de comunidades educativas (a mi criterio, germen insoslayable de las expresiones artísticas y culturales en nuestra localidad) nunca fue óptima. Es posible que en este caso puntual tenga también responsabilidad el organismo gubernamental del cual depende el campo educativo; pero precisamente por ello, porque todos conocemos las falencias del sistema y podemos predecirlas, y sobre todo “porque somos pocos y nos conocemos”, esas informaciones podrían haber buscado vías alternativas de difusión. Incluso mientras fui alumna de la Universidad, pocas eran las noticias que nos llegaban de las actividades culturales de SADESC; de hecho eran más frecuentes los comentarios escandalosos respecto de ciertas rencillas internas.

No pretenda hacernos creer en irrealidades, ni muchísimo menos nos trate como si hubiéramos estado alienados de la realidad provincial, no tuviéramos memoria o fuéramos incapaces de discernir entre los discursos y los hechos.

Y pierda cuidado, sra. Medina: los jóvenes, que ya hemos tomado la posta, tendremos no sólo perseverancia sino también compromiso y dedicación por la cultura, más allá de enfrentamientos triviales o desinteligencias personales. Y fundamentalmente, tendremos la apertura mental, moral y cívica necesarias para enfrentar nuestros errores u omisiones sin necesidad de involucrar a terceros en ámbitos generados para la construcción más que para apresurar livianamente juicios que deberían ser enunciados en otras instancias. Por respeto a los demás y a nosotros mismos, en particular.

Patricia Vega

Se recomienda a aquellos que opinen que lean la totalidad del debate, en las entradas anteriores y sus respectivos comentarios en el blog