jueves, 22 de diciembre de 2011

Crónica de despedida: Hasta siempre



Hace casi cinco años llegaba a Puerto San Julián con mi familia, con muchas ganas de integrarme a la ciudad donde la gente se saluda, con sueños y con ganas de construir un mundo mejor, con la idea de que si todos cambiamos un poquito nuestro pequeño mundo o entorno, el cambio es posible. Aquí escribí muchos libros, y edité tres de ellos. Me llevo muchos amigos y más de un proyecto concretado, pero también me llevo una frustración: NO VERÉ EL MONUMENTO A LAS CHICAS DE LA CATALANA. Aquel monumento que por Ordenanza 3031, nota de registro 1599, promulgada el 21 de septiembre del año 2010 y sancionada el 27 de septiembre del mismo año, por el cuerpo legislativo municipal en pleno. Éste proyecto que presentamos en conjunto con el escultor Fernando Lezcano intentaba subsanar un "olvido histórico" a esas mujeres "las únicas dignas" como las llamó el historiador Osvaldo Bayer, recuperando su gesta para honor y honra de Puerto San Julián. Por alguna mezquina razón (quizás política, quizás personal, quién sabe) quedó "cajoneado" junto con la bellísima maqueta que el mismo Fernando hiciera, y que durante cierto tiempo estuvo exhibida en el Honorable Concejo Deliberante de nuestra ciudad. Es probable que en algún momento, el Ejecutivo Municipal (que se ha heredado a sí mismo hasta en las perversas prácticas, borrando con el codo lo que escribe con la mano), una vez que yo me haya ido, desempolve el proyecto, y quizás le atribuya otra paternidad, bastarda y complaciente, que nada tenga que ver con lo gestado y soñado por Fernando y por mí. Si fuera necesario que yo me mude de la ciudad para que el monumento sea posible, será una buena razón más para mi mudanza de esta ciudad a la que nunca le diré adiós y siempre le diré hasta siempre...

Claudia Elisabet Sastre- 22 de diciembre de 2011

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