Ana Elisa Medina:
Me pregunto y le pregunto ¿Qué tenía que ver yo en una discusión que usted empantanó en una serie de imputaciones personales que poco o nada tienen que ver con cuestiones literarias estéticas o políticas?
Yo no le escapo a la polémica; mi trayectoria, en distintos campos, da cuenta de eso, y podría mantener una larga charla con quien tuviera la disposición intelectual de hacerlo pero, después de esto, no veo que temas pueden unirme a usted para mantener una discusión seria.
Le exijo explicaciones respecto a algunas cuestiones que usted me imputa en su nota publicada en Trópico Frío, reservándome el derecho de acudir a la justicia si lo considero necesario.
Allí, haciendo gala de un estrepitoso y confuso estilo dice textualmente:
“Tanto es así, que esta entidad tuvo que que cubrir alojamiento y estadía a dos escritores (Elpidio Islas y Sergio Di Leo) que quedaron en banda los dos últimos días por Surearte, por ej., aparte el que dirige el citado grupo tuvo su oportunidad de hacer desde adentro de la entidad, y tuvo que irse solo porque no cumplió con lo que debía (dejar sin retirar cajas de libros de autores santacruceños en la feria internt. del 2008, jastar y deber dinero de la entidad -depositado en una cta. personal que fue embargada, etc). Elpidio integró SADE central y vivió mucho tiempo gratis en el departamento de la calle Córdoba, propiedad de la entidad durante la gestión de Paz y Guzmán”.
Voy por partes:
a)Yo no tuve ningún problema con la organización. A mi llegada a Río Gallegos el Sr. Petroff me fue a busca a las tres de la mañana y me llevó hasta el hotel donde permanecí alojado, sin mayores contratiempos, hasta mi partida de esa ciudad.
b)Habla usted de algunas cuestiones que desconozco: trámites administrativos, no rendidos por alguien que, arteramente, no nombra, habla de dinero y cuentas embargadas e inmediatamente me nombra a mí, dejando en un lamentable estilo literario, mi nombre asociado a esa situación y sigue diciendo cosas que no son ciertas, por ejemplo: “integró la Sede Central” No es cierto no integré ninguna agrupación de ningún tipo que tuviera relación con la literatura por la sencilla razón que no creo en ellas. Mi trabajo es escribir y mi obra da cuenta de ello. Tanto en la ficción como en el periodismo regional primero y en el nacional actualmente.
c)Para su dominio en la SADE de la calle Uruguay funcionó durante un tiempo la librería de la SADE que yo dirigía. El sello editorial “Ediciones de la librería” que por esa época, funcionaba en la calle Córdoba estaba a mi cargo. En ambos caso yo estaba contratado y no pertenecía a la SADE. Mis estadías en la calle Córdoba se limitaron a cuestiones de trabajo. Tengo en mi poder los contratos que prueban mis dichos.
d)Me unió al Dr. Carlos Paz una entrañable amistad cortada por su fallecimiento. Nunca fui amigo del Señor Guzmán como me consta que tampoco lo fue el Dr. Carlos Paz, siendo mi trato con Guzmán estrictamente formal.
e)Recibí en mi estadía en Río Gallegos un trato cortés y en algunos casos sumamente cálido. Rescato especialmente a Carlos Besoain, al Presidente de la SADE Sr. Albornoz quien mantuvo para conmigo y hacia todos los que pude observar un tratamiento que intentaba en todo momento subsanar los problemas que pudieran presentarse y al Señor Petroff mi agradecimiento y respeto por el trabajo realizado.
El broche de oro de su carta se da cuando dice:
“Aquí somos pocos y nos conocemos mucho, y más los que hacemos lit. patagónica desde hace tiempo. Si deseas más historia te lo puede contar Nohry, o yo con más tiempo.
Inmejorable en el mejor estilo: “Alcanzame los biscochitos de grasa y poné la pava” propone seguir con las historias “con más tiempo” e involucra a otra persona, que no conozco, prometiendo una jugosa tarde de chismes literarios patagónicos.
Por todo lo que expongo juzgó que usted actuó con evidente malicia por lo que le exijo una retractación respecto a estos temas
Ante cualquier duda de los lectores acerca de esta polémica, remito a los lectores a la entrada anterior en este mismo blog
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Trasnochada, ingreso a este debate del que sin embargo tenía noticias (aunque fragmentadas) porque estas perlas sobrevuelan sobre quienes detentamos ciertas urgencias curiosas sobre el tema. Si bien ya lo he dicho en otras oportunidades, reitero: no deja de sorprenderme ver cuánto hay bajo el sol, viejo y nuevo. Me sorprende porque, aún cuando este debate se remonte a décadas anteriores incluso a las de mi nacimiento, convengamos que no por ello es por todos conocido. Ciertamente, entre poetas y escritores varios de la región, la circulación discursiva se imponía a pesar de los obstáculos, silenciamientos y apatías circunstanciales. La oralidad no sólo fue soporte de literatura sino también de su análisis, según puedo confirmar con este tipo de espacios, ahora de mayor alcance y difusión que los encuentros a los que se refieren quienes han aportado con comentarios. Pero, como contrapartida, quienes asistimos más o menos recientemente a estas cuestiones nos hemos encontrado muchas veces con el vacío; ese vacío nos llevó en primera mano a suponer que poco o nada se había reflexionado sobre literatura en Patagonia. Error insoslayable, seguro, pero que gracias a las nuevas tecnologías pueden remediarse progresivamente, al menos para quienes quieran informarse y posicionarse al respecto.
ResponderEliminarQuizás esta situación les resulte ingenua y hasta poco seria, pero créanme: habemos muchos en estas condiciones. Sin ser poeta ni escritora en sentido alguno, alejada de los círculos literarios a pesar de consumir literatura desde hace muchísimo tiempo, este tipo de discusiones me resulta fascinante, y no exagero. Además, poder conocer situaciones, actores y acontecimientos que ni remotamente tenía registrados, me da la impunidad del que mira todo con ojos nuevos, y quiere aprender de la mejor manera: escuchando todas las posturas posibles al respecto. Esto, y sólo esto, es lo que me permite hacer inferencias considerando dichos y hechos de quienes enuncian en cada caso (Isla, Sastre, Mosso, Lagos) para poder comenzar el bosquejo de mi propia postura al respecto.
Tuve oportunidad de conocer a Elpidio Isla hace un par de meses, cuando leí sus textos en Proyecto Biblioteca Patagónica. El placer se dio cuando pude conocerlo personalmente durante la última Feria Provincial; su análisis me parece lúcido, en absoluto objetivo (lo cual celebro, porque demuestra el compromiso que tiene con el tema) y si bien no concuerdo con la totalidad de sus dichos, es evidente que de su experiencia puedo aprender mucho. La idea acerca del poeta que cede su lugar al intérprete me sirve para pensar algo que hasta ahora me resultaba bastante difícil: el lugar de Patagonia en el contexto nacional. La ilustración, la Campaña de Roca, el peso omnipresente del Estado Nacional en nuestras provincias frente al genocidio de los originarios, el “blanqueo a la cal” de los conflictos históricos (y del presente) patagónicos: todo ello prefigura imaginarios que se mantienen desde inicios del siglo pasado hasta ahora, situación en absoluto casual ni espontánea. La preeminencia de la poesía frente a la narrativa novelesca es otro de los interrogantes al que no sabía cómo comenzar a encarar.
Si bien no comparto su idea (expresada oralmente durante una protoconferencia en la Feria Provincial) acerca de lo poco provechoso del debate “¿Existe la literatura patagónica? ¿Existe Patagonia como campo cultural literario?”, sí quiero tomar sus reflexiones y su historización para pensar mi propio lugar de sujeta que lee de y en patagonia, que necesita delimitar campos y cuestiones estéticas para el análisis, aún cuando en el futuro concluya (aunque lo dudo) que, efectivamente, estas delimitaciones poco importan a la hora de avanzar.
Voy a seguirlos de cerca, y en estos días, con más tiempo, me gustaría opinar acerca de otras cuestiones que han ido surgiendo. Gracias por generar, difundir y democratizar estos espacios.
La Moro
Es verdad todo esto?...Medina no tiene idea de nada. Encima, confundió a Sergio Di Leo con Sergio De Matteo. No estará quedando "gaga"?, hace falta contestarle?...
ResponderEliminarObviamente, Claudia, la que actúa con malicia sos vos, o interpretás las cosas para donde te conviene. Lo que dice Elpidio en cuanto a su relación con SADE Central es verdad. En cuanto al tema de libros en cajas dinero y cta. embargada me refería al Sr. M. Petroff. No tengo ningún problema en ir a la justicia en cuanto a ésto, están las actas, y toda la C.D. anterior y la actual para dar cuenta de las actuaciones de Petroff cuando estuvo a cargo de Presidencia.
ResponderEliminarEn cuanto a lo que pasó con Elpidio y Sergio, bueno, él nombra al Sr. Albornoz, pues bien que se remita a él para corroborar lo que dije anteriormente en cuanto a subsanar algunas falencias de organización.
Claudia, pensé que en serio querias tener un aporte a la crítica literaria, pero veo que estás buscando otra cosa, como se dice embarrar la cancha.
Si tenés algún problema con la institución SADE SC, hablá directamente y no andés a las vueltas.
Por mi parte, coincido con Islas, estoy dispuesta a mantener una correspondencia por cuestiones estéticas literarias, pero no prestarme a estas "chicanas".
Hasta pronto. Ana Elisa.
es gracioso ana porque no veo qué malicia puedo tener yo, que no dije absolutamente nada (para mas pruebas basta con ir a ver los comentarios y entradas anteriores). Lo loco es que además coincidas con Isla en algo, con lo que, disculpá que te lo señale, te contradecís, está todo escrito lo que vos dijiste, y espero no tener que mencionarte de nuevo ese detalle. Por mí vayan y vengan de la justicia porque yo no dije ni palabra, la que se metío solita en este berenjenal fuiste vos, mi lengua es jinete de mi pensamiento, no su caballo. Mi disenso con el modo de actuar de sadesc no es ningún misterio y creo que todo el mundo sabe que no doy ninguna vuelta para expresar mis pensamientos, no ejerzo como vos decis "chicanas" y esto lo saben muy bien los que me conocen...además me he expresado públicamente respecto de sadesc tanto con mis compañeros de Unicornio, como en otros sitios, y se lo he dicho personalmente al señor petroff como pueden dar fe innumerables testigos. Así que no te acepto ni te aceptaré la intención de mala fe, en último de los casos debería yo estar dolida por ser "usada" para ventilar trapitos al sol domésticos, por utilizar un espacio "serio" para esta paparruchada que vos hiciste, mezclando todo, cuando podrías haber dicho que no estabas de acuerdo de otro modo, más maduro y civilizado
ResponderEliminarrespecto de tu evaluación crítica de mi trabajo, me tiene sin cuidado, la historia juzgará la calidad (o no) de mi trabajo.
Lo único que me faltaba a mi era estar metida en el medio de estos chismes de la sade, discutan sus internas donde corresponda, pero les guste o no les guste, yo voy a seguir opinando.
lo que le tengas que decir a Isla o a Petroff o a quién sea, decíselo vos, yo no soy mensajero de nadie .
Vos opinaste en y desde un espacio público de discusión, te deberías haber imaginado que te iban a contestar: ahora no me metas en el medio
claudia